El fútbol es así

Desde mi óptica de profano en el asunto, leo que el Barça acaba de contratar a un tal Luis Suárez por 81 millones de euros. Yo no sabía quién era el señor Suárez hasta que me enteré de que, a veces, en el campo de juego, se le va la olla y la emprende a bocados con los jugadores del equipo contrario. Yo creía que hasta en el fútbol había límites para la animalidad y la burricie, pero me equivocaba: ahí están los 81 millones abonados por este troglodita y la ausencia absoluta de protestas de la hinchada blaugrana; a la que, al parecer, le parece estupendo invertir una fortuna en un sujeto que se abre paso por el campo a dentelladas.

Como dicen jugadores, entrenadores, periodistas y cualquiera que no sepa muy bien qué opinar sobre algún hecho del balompié, el fútbol es así. Trato de trasladar el caso Suárez a cualquier otra área de la vida laboral contemporánea y no lo consigo: ¿Sabías que Planeta ha contratado a Suárez, aquel que mordió a uno de Gallimard durante la última feria de Fráncfort?; ¿Has oído que han puesto al frente de la Fox a Suárez, el que le arreó un bocado a Steven Spielberg en Cannes, hace un par de años?; ¿A qué no sabes quién es el nuevo CEO de General Motors? ¡Suárez, el que le arrancó los genitales a dentelladas a aquel coreano cabrón de Hyundai!... Nada, no hay manera. De estas tres propuestas, la única mínimamente creíble es la número dos; más que nada porque con Murdoch al mando, en la Fox puede pasar cualquier cosa.

No, en serio, ¿qué nos pasa? Ya sabemos que el fútbol no es un deporte de caballeros -¿hay que recordar una vez más que se empezó a jugar usando como pelota la testa decapitada de un soldado enemigo?-, pero podríamos esforzarnos para que, al menos, lo pareciera. ¿De verdad hay que contar con tipos que pegan bocados al contrincante? Si seguimos así, acabaremos fichando a alguien que se abre camino por el campo a puñaladas… ¿Se contemplará, al menos, la posibilidad de sacar a jugar a Suárez con bozal? Total, el fútbol es así, ¿no?