Geometría variable

El 'Financial Times', contra el '6 d'octubre'

El diario de la City sostiene que Catalunya es una nación y merece un mayor grado de autonomía fiscal

JOAN TAPIA

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"Entre la intransigencia de Madrid y el aventurismo de Barcelona, el contencioso catalán se está convirtiendo en venenoso problema identitario que amenaza con acabar en choque de trenes". Una descripción ajustada. Pero el análisis va mas allá y pone el dedo en la llaga con serias críticas a la derecha española: "El separatismo solo ha crecido en Catalunya después de que el Tribunal Constitucional, a instancias del PP, rebajara un Estatut que ya había sido aprobado por los parlamentos catalán y español y votado en referéndum. La crisis aumentó el sentimiento de agravio, ya que Catalunya es un generoso contribuyente neto a las finanzas españolas, mientras que Euskadi, la otra nación que España debe acomodar, controla casi todos sus impuestos (...). Y bajo el Gobierno Rajoy la inversión pública en Catalunya ha caído un 58%, lo que genera gran indignación (...). Catalunya quiere ser reconocida como nación y tener un mayor grado de autonomía fiscal, son demandas legítimas (...). Y el señor Rajoy no puede parapetarse tras la Constitución, sino que debe construir un amplio consenso nacional para cambiarla, con buena fe y en un tiempo razonable".

El análisis, ajustado y realista, lleva al 'Financial Times', el diario londinense que es la biblia de los medios económicos y financieros más informados, a concluir: "Este diario se opuso a la secesión de Escocia y juzga igualmente no deseable la ruptura de España porque las consecuencia económicas serían devastadoras para España y, a corto y medio plazo, perjudiciales también para Catalunya".

Muchos catalanes deben estar de acuerdo con el 'Financial Times'. Al menos el 45% que, según la encuesta publicada por 'El País' el pasado domingo, cree que hay que acatar la sentencia del Constitucional sobre la consulta y volver a negociar (solo el 23% dice querer seguir adelante). Y el 47% (contra el 29% que apuesta por la independencia) afirma que votaría "a favor de que Catalunya forme parte de España pero con nuevas y blindadas competencias en exclusiva". El 16% ya está satisfecho con la situación actual.

RIESGO DE DESCARRILAMIENTO

Es un consenso muy elevado. Ahí está la centralidad catalana. Con el 'Financial Times'. Lo anómalo es que los políticos en esa longitud de onda no suscriban un papel similar y lo defiendan con energía ante el posible choque de trenes, o el callejón sin salida (con gran decepción ciudadana), al que nos han llevado "la intransigencia de Madrid y el aventurismo de Barcelona". Josep Antoni Duran Lleida, que acaba de ganar -al no querer arrasar- la batalla en Unió, lo firmaría si se añade algo sobre los valores cristianos. Miquel Iceta, con un párrafo sobre los costes sociales de la crisis. Y Joan Herrera, subrayando el nocivo aumento de la desigualdad y ocultándole que es un texto que viene de la matriz del 'desalmado' capitalismo. Son diferencias que no deberían impedir una llamada conjunta ante el riesgo de descarrilamiento.

El ministro Jorge Fernández Díaz dijo ayer que Artur Mas y Oriol Junqueras llevan a Catalunya a otro desastre como el del 6 de octubre de 1934, aquel mal día en que el 'president' Lluís Companys se rebeló contra el Gobierno de la República, se rindió pocas horas después y durmió en la cárcel. Es una exageración, pero cuando Mas insistió el domingo en que el 9-N se votará (sabiendo que no) y su portavoz, Francesc Homs, le corrigió ayer diciendo que sobre el 15 de octubre se decidirá si hay consulta... No estamos por suerte ante otro '6 d'octubre' (ayer era el 80º aniversario), pero en la atmósfera flotan aromas y partículas de esa fecha. Y como bien escribía ayer Vicenç Villatoro, columnista del diario 'Ara' (que no es tercera vía), "un mal 9 de novembre seria un 6 d'octubre".