Geometría variable

El estado del PSC

Pere Navarro, en una rueda de prensa.

Pere Navarro, en una rueda de prensa.

JOAN TAPIA

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El economista-jefe del PSC, Maurici Lucena, habló ayer en un almuerzo-coloquio en la Cambra de Comerç de Barcelona -seguido con atención por un sector empresarial- de los movimientos tectónicos de la economía mundial. Fue solvente, poco maniqueo y acertó al afirmar que es indudable que Catalunya tiene un déficit fiscal pero que es absurdo centrarlo todo en la adoración a la balanza fiscal según el método del flujo financiero. Luego, en la política catalana también detectó movimientos tectónicos.

Son fenómenos que castigan al PSC. Por dos razones. Una, es el partido que mejor representa a los catalanes de centro-izquierda que se sienten «tan catalanes como españoles». Y aunque siguen siendo los primeros (38%), el grupo de los «solo catalanes» crece. La causa -coinciden en diagnosticar Jordi Pujol y Felipe González- es la sentencia del Estatut que se produjo cuando José Luis Rodríguez Zapatero gobernaba. La otra razón es que en toda Europa los partidos de gobierno pagan la crisis. En Francia, Marine Le Pen puede ganar las próximas elecciones europeas, y en Catalunya bajarían CiU y PSC (según las encuestas lo hacen en la misma proporción) y suben los partidos de protesta: ERC, Ciutadans y la CUP.

Pero el patrimonio de los socialistas catalanes -ganaron hasta el 2011 todas las legislativas y municipales- es alto y los nacionalistas necesitan engordar. En el 2010 Artur Mas fichó a Ferran Mascarell. Acertó porque, pese a los recortes, el mundo de la cultura (al contrario que en el resto de España) no se ha echado al monte. Aunque no ha ampliado el espacio convergente. Quizás la capacidad de aguante de socios de CDC ya se ha agotado con Josep Antoni Duran Lleida.

Más calado puede tener el fichaje de Ernest Maragall por Oriol Junqueras. No ayudará al PSC, pero sobre todo confirma que ERC va a disputar a CiU el espacio central del nacionalismo. A Junqueras, con exceso de medallas independentistas, el pasado federalista-olímpico (el posespañolismo) del nombre Maragall le viste. Y puede servirle también para las municipales.

¿Cómo resiste Pere Navarro? Muestra firmeza porque sus diputados (excepto Carme Chacón) han votados dos veces diferente que el PSOE en los últimos meses, algo inédito. Pero el viento independentista sopla y mientras los más consistentes del sector catalanista -Àngel Ros y Rocío Martinez-Sampere- aguantan pese a su discrepancia, otros huyen del barco que el agitprop nacionalista afirma que hace aguas. Hay algunas luces. En las europeas, Junqueras ha dado un buen golpe poniendo a dedo como primeros de lista a dos personas ajenas a ERC (Josep María Terricabras y Maragall) de 69 años de promedio. El PSC ha hecho primarias con dos candidatos y ha salido elegido con 8.000 votos Javi López (29 años y presidente de la JSC). El titular -que cuenta- es de Junqueras. La renovación, de Navarro.

El otro Waterloo fue Barcelona. Jordi Hereu y Carles Martí decidieron gobernar en minoría y regalarle a Xavier Trias el referendo de la Diagonal. Desde luego las primarias no son Lourdes pero seis candidatos (sin interferencias del aparato) están pateando la ciudad para escuchar e intentar convencer. Y entre ellos hay gente con fuste de la nueva generación: Jaume CollboniMartínez-Sampere -que plantó cara con aplomo a Mas en el tenso debate sobre el pacto fiscal de julio del 2012- y Laia Bonet. Y Jordi Martí, el actual líder municipal, también tiene tirón, pero se dedico a desmarcarse de Nicaragua más que a unir a su grupo municipal.

No basta. El que fue el segundo partido catalán en votos en las últimas elecciones necesita vitaminas para competir con dos excelentes profesionales, Mas y Junqueras, que -cuando los programas se enfangan- saben vender el Cielo. Con mayúscula.