La clave

El error de Pedro Arriola

El asesor de Rajoy se ha equivocado con Podemos

JUANCHO DUMALL

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Pedro Arriola pasa por ser el principal asesor del presidente Mariano Rajoy sobre las grandes corrientes de opinión en la sociedad española, que son las que deben orientar las políticas gubernamentales. Un estratega que ya asesoró, con éxito al principio, a José María Aznar en su periodo de jefe del Ejecutivo (1996-2004). Arriola fue el inspirador de darle protagonismo a Pablo Iglesias y al incipiente movimiento de Podemos como fórmula para dinamitar la renovación en el PSOE, en el momento en el que Alfredo Pérez Rubalcaba estaba a punto de arrojar la toalla. Los dirigentes del PP no debían entrar en polémica ni con Madina, ni con Valenciano, ni con Sánchez. Había que darle cuartelillo al chico de la coleta que sale tanto en La Sexta.

Era una forma de ningunear a los rivales naturales del PP, los socialistas, y colocar como adversarios en el debate a unos frikis (Arriola dixit) inofensivos, que dan muy bien en las tertulias con Francisco Marhuenda. La enésima operación del mago de la sociología en la Moncloa parecía un éxito. El PSOE no levantaba cabeza, cada vez más identificado como partido de la casta, y Podemos aparecía como una fuerza radical condenada a competir con IU por el voto de izquierdas y con UPD y Ciudadanos por el voto regeneracionista. Operación redonda para el PP.

Dominio de los medios

El error de Arriola fue no calibrar que los chicos de las camisas a cuadros estaban conectando con amplias capas sociales merced a un dominio de los medios audiovisuales y de las redes sociales muy superior al de los partidos tradicionales. Pero no solo eso. La propuesta de Podemos entraba como un misil en una sociedad golpeada por la crisis y estupefacta ante la falta de reacción a los incesantes escándalos de corrupción.

Arriola ha corregido el tiro. Ahora la consigna que se escucha en las tertulias es que si gana Podemos no volveremos a votar porque instaurarán un régimen bolivariano-leninista en el que desaparecerá la libertad de prensa y la oposición será condenada al ostracismo. ¡Que viene el lobo! Pero el lobo ha llegado para Arriola en el terreno que más domina, el de las encuestas.