El destino europeo de José Blanco

JUANCHO DUMALL

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Los dirigentes de las formaciones políticas tratarán de aquí al 25 de mayo de convencernos de lo importante que es el Parlamento Europeo y las trascendencias para nuestras vidas de cuanto allí se legisla. Y no les faltará razón. Con todos sus titubeos, con todos los condicionantes y trabas que ponen los grandes estados, pese a algunos clamorosos errores en el diseño político y pese a la pobre respuesta a la crisis económica, la construcción europea es uno de los procesos más fascinantes del mundo moderno. Y los políticos que ocupan escaño en la doble sede de Bruselas y Estrasburgo deberían ser, y algunos lo son, los principales impulsores de esa gigantesca tarea histórica.

La pregunta, entonces, es por qué los grandes partidos no abandonan de una vez su tendencia a ver el Parlamento Europeo como un cementerio de elefantes al que van a morir sin molestar demasiado políticos ya amortizados en sus países de origen, apellidos ilustres que desembarcan en Bruselas sin haber dado antes muestra alguna de interesarse por los asuntos del continente, con un currículo plano bajo el brazo y, por supuesto, sin dominio de los idiomas que se manejan en un foro supranacional.

Servicios prestados

Así, el PSOE ha renovado su lista europea con varios candidatos prometedores de menos de 40 años, pero no ha esquivado la tentación de colocar en el número diez al exministro José Blanco, seguramente como forma de agradecerle los servicios prestados como secretario de organización del partido en los tiempos de Rodríguez Zapatero. Blanco, el hombre que soñó con conectar con alta velocidad todas las capitales de provincia españolas y que impulsó tantos corredores ferroviarios de alta capacidad como autonomías iban reclamando el suyo, podrá comprobar ahora que la planificación de las grandes infraestructuras debe tener un sentido continental lejano a la decimonónica tendencia a contentar a los caciques de cada territorio.

Atentos ahora a la lista del PP. ¿Habrá candidatos tan pintorescos como un Mayor Oreja que deja el Parlamento Europeo casi sin estrenarse como eurodiputado?