Al contrataque

El despacho del Rey

XAVIER SARDÀ

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Los comentarios favorables y contrarios al discurso de Felipe VI (V en Aragón y Catalunya), tienen en común el facilismo. Se simula analizar para quedar bien ante audiencias convencidas. Quedan pocos flecos para tratar después de tanto filosofillo lapidando obviedades. Da igual si son pro o antimonárquicos: son aburridos por previsibles. Cada cual pide lo suyo. Ha sido un recital barroco de trivialidades. Y ahora voy yo, y lo empeoro. Momentos que provocan irritación y/o vergüenza ajena, que deberíamos evitar en la próxima coronación, toma de posesión de un presidente de la República, o entierro. Veamos:

-Que Mas haga declaraciones cuando muere un expresidente o coronan un rey. Hay que proponérselo con tacto y sin que se sienta ofendido. Es evidente que no se le puede decir que a ojos de algunos resulta megalo-provinciano y risible. Quizá sea aconsejable decirle que generalmente estos eventos le quitan protagonismo al president y es mejor esperar un par de días. Si se irrita se le da un antiácido. Siendo tan acusada su tendencia a expresarse en tales eventos, Mas podría sufrir un trauma notabilísimo en caso de independencia. ¿Qué acontecimientos catalanes le permitirían un tal protagonismo? ¿El cumpleaños de Junqueras?... Bueno, en realidad tendría la inauguración de algún megacasino, que siempre resulta cosmopolita.

-Que el Rey utilice el mismo despacho que su padre con el mismo mobiliario, con las mismas estanterías, y con cuadro de rey al fondo, resulta decepcionante. Hay ofertas sensacionales de enseres de despacho con diseño modernillo y a precios muy asequibles.

El decorado-plató

Si el Rey nos habla de un nuevo reinado debería habernos sorprendido con un decorado-plató distinto. Luego ya se verá si es más o menos un rey de su tiempo y toda la puñeta, pero la mesa rayada y esas estanterías de notario revenido, ya cansan. Ya sé que no pueden ser muebles de Ikea por lo de la república independiente de tu casa y porque hay que montarlos.

-Que el primer viaje del Monarca sea al Vaticano es más que discutible. A la Monarquía se la critica por la componente irracional de lo hereditario. Pues ¡hala!, van y deciden que el primer viaje expiatorio sea al país regentado por el vicario de Dios en la Tierra. Muy cartesiano no queda. Se trata más bien de una sobredosis genético-esotérica. Ya se que el Papa cae bien, pero... ¿es necesario? Si les gustan los países pequeños tienen Mónaco o Luxemburgo. ¡No, Luxemburgo no, que queda muy Urdangarin!

Luego, lo del besamanos en el Palacio Real. ¿No se podía haber evitado? Tuvieron que descansar un rato de puro dolor muñequil. Tres mil. Que les saluden a todos en plan Club de la Comedia: «Soy el Rey... de copas. ¡A bebeeer» (risas).