El creciente encanto del federalismo

JOAN TAPIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras la rueda de prensa de Artur Mas del martes y las últimas comparecencias en la comisión Pujol está ya claro que hay cierta fatiga de materiales en el independentismo. La semana pasada un sector de  CDC quiso romper la coalición, pero el lunes Mas y Josep Antoni Duran Lleida blindaron, al menos provisionalmente, las siglas de CiU. Mas compareció el martes y descartó un cambio de Gobierno antes del 27-S, pero este miércoles Oriol Junqueras propuso la entrada de ERC para blindar las estructuras de Estado. El cuñado de Jordi Pujol declaró el lunes que desconfía de la familia Pujol Ferrusola -fuerte carga de profundidad contra el pujolismo- y el miércoles, Jordi Pujol Ferrusola, que parece que domicilió una cuenta suiza en el Palau de la Generalitat, fue imputado por la gestión de la fortuna oculta de los Pujol.

Alguien ha dicho que aunque el independentismo vende humo tiene la ventaja de que en frente no hay nada. Mariano Rajoy diciendo que no a todo no es alternativa. Y Miquel Iceta, que hace todo lo que puede y bien, tampoco lo es mientras Pedro Sánchez no viva en la Moncloa. Aunque las cosas se mueven. Hace dos años el agit prop independentista reprochaba al PSC que Alfredo Pérez Rubalcaba no hablara de federalismo y se preguntaba dónde estaban los federalistas de más allá del Ebro.

Era otro mundo. Es cierto que Rajoy sigue inmóvil, pero la gran mayoría de constitucionalistas españoles ya no hacen ascos al federalismo. Hace unos días se presentó en el Col·legi de Periodistes un libro informe de catedráticos de Derecho Constitucional de varias universidades dirigido por Javier García Roca, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, en el que se discute muy a fondo la alternativa federal. Y el martes una reunión de la muy recientemente creada asociación La Tercera Vía, que preside el notario Mario Romeo, reventó la sala del veterano Hotel Balmoral. Y no era un mitin, sino una sesión académica sobre la viabilidad de una reforma federal de la Constitución. En ella participaron los catedráticos catalanes Manuel Gerpe y Eliseo Aja, pero también el antiguo presidente del Centro de Estudios Constitucionales Francisco Rubio Llorente -que se declaró partidario de asumir en la Constitución que España es una «nación de naciones»- y Francisco Caamaño, constitucionalista y antiguo ministro de José Luis Rodríguez Zapatero. 

Y ya nadie puso en duda la conveniencia de reformar la Constitución ni su sentido federal. La discusión principal es si la reforma debe hacerse pensando en toda España o para solucionar la desafección catalana. En este sentido, el gran jurista Santiago Muñoz Machado, que se manifestó contrario al Estatut, acaba de publicar un libro en el que sostiene que ahora hay que hacer una reforma de la Constitución que haga constitucional -y por lo tanto factible- el Estatut del 2006 que los catalanes votaron.

Hoy la España intelectual ya ha asumido que el federalismo es no solo inevitable sino deseable. Y a medida que la fatiga de materiales del movimiento independentista se va haciendo más notorio, crece el atractivo de las fórmulas federales. El éxito de la reunión del martes de La Tercera Vía lo dejó muy patente.

Pero hoy hablar de la reforma federal de la Constitución ya no es suficiente, sino que es preciso concretar. El independentismo es una quimera, pero como puso de relieve -en una intervención repleta de realismo- el catedrático de Barcelona Xavier Arbós a las quimeras no se las vence con deseos píos, sino con propuestas creíbles y concretas. Y de eso aún estamos lejos. Las intervenciones de Jordi Casas, exdelegado de Mas en Madrid, el notario Juan José López Burniol y el empresario Higini Reventós lo constataron.