El 'CASO PUJOL'

El contrabandista honrado

Florenci Pujol, padre del 'expresident', fue un activo evasor de divisas de la burguesía catalana, según un libro recomendado por el fundador de CiU en su bronca comparecencia parlamentaria

ANDREU FARRÀS

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"Como todos los industriales algodoneros, tuve que hacer la inevitable especulación de moneda, contrabando de divisas. Todos fuimos unos honrados contrabandistas". Es la confesión de Manuel Ortínez, que fue 'conseller' de la Generalitat con Josep Tarradellas, alto cargo de la Administración franquista y consejero delegado del Consorcio Industrial de Textiles Algodoneros. La frase está escrita en su libro de memorias 'Una vida entre burgesos' (Edicions 62, 1993), que fue recomendado por Jordi Pujol en su comparecencia ante la Comisión de Afers Institucionals del Parlament de Catalunya.

La autoinculpación por Ortínez y la burguesía 'cotonera' de un delito prescrito cometido en los años cincuenta del siglo pasado incluye a Florenci Pujol, el padre del 'expresident' de la Generalitat.

En las páginas de las memorias que Jordi Pujol aconsejó leer a los parlamentarios catalanes en la bronca sesión del viernes pasado, Ortínez (Barcelona, 1920-Berna, 1997) detalla el modus operandi de los 'cotoners' y sus cómplices: "Florenci Pujol y (su socio) David Tennenbaum, entre otros, me proporcionaban las divisas. Yo necesitaba cubrir las diferencias entre el valor de la exportación y de importación. Si tú exportabas un producto que te daba un millón de dólares, lo vendías (oficialmente) al doble de precio y por tanto podías importar dos millones, era evidente que necesitabas comprar un millón extra. Es decir, necesitabas comprar el millón de dólares que te faltaba".

DE DELINCUENTE A DIRECTOR DE MONEDA EXTRANJERA

Ortínez relata que la operación era delicada porque la Brigada de Delitos Monetarios tenía los teléfonos intervenidos y que, en una ocasión, él mismo fue llevado a la Jefatura de Policía de Barcelona a propósito de una conversación telefónica que le habían pinchado en la que hablaba de pasar "un autobús cargado".

El 'contrabandista' Ortínez, que llegó a ser director del Instituto Español de Moneda Extranjera años después, en 1965, destaca la importancia de Pujol padre y Tennenbaum en aquellas operaciones ilegales. "Florenci era un hombre muy simpático, con una mirada irónica y maliciosa, de pillo inteligente. Con aquella mirada solo había que decir 'Florenci...' para que él estuviera al cabo de la calle y te preguntase inmediatamente si necesitabas dos o 10. El judío David Tennenbaum era su socio y las operaciones se hacían con total seguridad en el mercado libre de Tánger, único mercado de la peseta".

DÓLARES EN EEUU O SUIZA

En Tánger, recuerda el libro de Ortínez, las pesetas se convertían fácilmente en dólares. "Yo entregaba las pesetas en Barcelona en billetes de 100, que hacían un bulto considerable y las pesetas convertidas en dólares aparecían convertidas en Estados Unidos Suiza. Naturalmente, era una operación de una sencillez delicadísima que no podías hacer con cualquiera (porque) no había la absoluta seguridad de que llegase correctamente a su destino. No había ningún comprobante".

Ortínez y Florenci Pujol no tuvieron otro tipo de trato que este. Hasta el punto de que cuando aquel conoció a su hijo Jordi --ambos fueron 'consellers' de Josep Tarradellas-- no lo relacionó con el padre hasta un tiempo después y se lo comentó.

"--Caramba, qué hijo tienes, ¡es un chico fenomenal!

-- Fenomenal y tozudo.

Florenci admiraba mucho a su hijo, también en el sentido político. "Supongo --narra Ortínez-- que lo que denominaba tozudez no era más que la forma discreta e irónica de referirse a su compromiso político".

Ortínez acaba el capítulo con una reflexión que los hechos posteriores han desmentido: "La única manera de que no hubiera evasión de divisas (en aquella época) era que la moneda cotizara libremente. Controlar la evasión a base de policía era, como dicen los castellanos, 'ponerle puertas al campo'. Uno no puede impedir, en estas circunstancias, que la peseta viaje a Tánger, a Suiza o donde sea". Y acaba con una sentencia premonitoria de en lo que los descendientes de Florenci Pujol han acabado presuntamente implicados hasta las cejas: "El contrabando de divisas no tiene nada que ver con el contrabando fiscal, asunto muy de nuestro tiempo reciente y que obedece a otros mecanismos".