GEOMETRÍA VARIABLE

El CIS certifica que la protesta manda

JOAN TAPIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aunque la opinión publicada parece no tomarlo en serio, la encuesta del CIS de ayer confirma que en España las cosas ya no van tan mal. Quizás algo mejor. Así lo muestran los muy fiables índices del CIS. El de confianza económica ha subido un 18,7% en un año y el de confianza política, un 21,9%. Pero la mejora es incipiente y la protesta sigue imperando. Quizás por ello en intención directa de voto, la que verbalizan directamente los encuestados --el dato más seguro en tiempos revueltos-- Podemos sigue en cabeza con un 19,3% y detrás están el PP (12,9%) y el PSOE (12,4%).

Una interpretación lógica es que no hay elecciones convocadas, por lo que prima el voto en contra (fenómeno típico de las elecciones parciales en muchos países) ya que los índices, aunque al alza, aún están entre 30 y 40 en una escala de 0 a 100. Vía libre pues para la protesta -el voto a Podemos-, que se iría corrigiendo a medida que los ciudadanos debieran pasar de expresar malhumor a escoger un Gobierno. Entonces el PP y el PSOE se recuperarían. Pero esta tesis no es segura. Vivimos tiempos de cambio, Podemos es un fenómeno nuevo y, ojo al dato, preferido por los decisivos electores de centro (16% frente a 10% del PSOE y solo 6% del PP). Y además los dos grandes partidos tienen problemas.

El PP sufre porque la mejora de los indicadores no conlleva un ascenso paralelo de la puntuación del Gobierno. Ningún ministro, salvo la vicepresidenta, que sube, supera la muy triste valoración del 3. Dos ministros no llegan al 2 y, entre los responsables económicos, la mejor nota la saca Guindos con un 2,35. Y Rajoy no tira del carro porque su nota es baja (2,23 frente al 3,68 de Pedro Sánchez) y el 84% de los españoles dicen tener poca o ninguna confianza en él. Pero para el PP quizás lo más grave es que frente a la notable mejora ya señalada de los índices de confianza en el último año (del orden del 20%) el juicio de la acción del Gobierno está en 25 (en escala de 0 a 100) y solo ha mejorado un 7,7%, mientras la labor de oposición del PSOE ha alcanzado la cota 30 y ha subido un 26% en doce meses.

Pero el PSOE también sale trasquilado porque la estimación de voto baja hasta el 22,2% frente al 28,7% de las elecciones del 2011. Es cierto que el PP cae más (del 44% al 27%), pero los socialistas han vuelto a ir mal en el último trimestre y quedar terceros tendrá negativas repercusiones mediáticas. El descenso parece deberse más a la reaparición de disensiones internas que al liderazgo, porque Sánchez es el político significativo más valorado. Sea como sea, el CIS de ayer no le va a ayudar en el debate de investidura de finales de mes. Ni a Susana Díaz en las elecciones andaluzas de marzo. Al PSOE le queda, no obstante, el derecho al pataleo:  denunciar la extraña cocina del CIS que le coloca por detrás del PP cuando el indicador clave de voto decidido más simpatía le sitúa un punto por encima del PP, aunque también detrás de Podemos.

La nota final a este análisis de urgencia es que, además de Podemos, que, aunque también muerde en los electores centristas, parece engordar preferentemente a costa de IU y PSOE, surge también con cierta fuerza C's (3,1% de estimación de voto), cuya fuerza parece venir del electorado de centro insatisfecho con el PP. Podemos vuelve a acaparar pues el protagonismo y las incógnitas. ¿Seguirá al alza cuando a finales de año haya que escoger un equipo para gobernar? ¿Qué efecto tendrá sobre sus expectativas la victoria y la gestión de Syriza en Grecia?