El botín de la CUP

Los diputados de la CUP Gabriela Serra, Antonio Baños y Anna Gabriel, en el Parlament.

Los diputados de la CUP Gabriela Serra, Antonio Baños y Anna Gabriel, en el Parlament. / EFE / TONI ALBIR

ALBERT SÁEZ

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No se engañen. Lo que hemos visto esta semana en el Parlament han sido dos sesiones dobles de mítines con la cabeza puesta en el 20-D y con resultados desiguales. Artur Mas ha apurado la banda hasta colindar con la extrema izquierda en su pretensión de mantener a lo que queda de CDC como referente del independentismo. De momento no podrá ir más allá sin que la refundada Democracia i Llibertat de Francesc Homs no sucumba a los envites del siempre moderado y nunca bien ponderado Duran Lleida. Mientras, ERC saborea su súbito retorno a la centralidad, ahora independentista, y se prepara para captar en las elecciones generales una parte del voto metropolitano que se fue a la CUP en el 27-S huyendo del 3 por ciento y de los recortes. Y la CUP juega la partida tranquilamente porque serán los primeros en saber cuándo se vuelven a presentar a las elecciones. La ausencia el 20-D ha convertido sus 337.000 sufragios de las elecciones catalanas en el principal botín en los comicios de diciembre.

La implicación de Ada Colau en la campaña de En Comú / Podem persigue precisamente ese objetivo. Por eso la navegación de Catalunya Sí que es Pot durante los plenos de esta semana ha sido algo tormentosa. Y por eso el protagonismo de la alcaldesa irá a más. Y quizás también por eso a Mas puede no salirle tan mal la jugada como a algunos les ha podido parecer a primera vista. Ha llegado el momento en que algunos analistas hagan un 'link' que hasta ahora ha quedado en segundo plano: el voto a la CUP tiene algo -mucho- que ver con el empobrecimiento de la clase media y esa es una zona colindante de casi todas las opciones políticas.

Fines y medios

En la cultura política de la CUP me temo que cuentan más los fines que los medios. En las elecciones municipales se propusieron dar un vuelco a Catalunya (capgirar) y la aritmética del 27-S les ha dado una palanca privilegiada. Pero a ellos no les gustan los resortes del poder sino las transformaciones, son «muelles», dijo Baños en la tribuna. De manera que su gran oportunidad no se la quitarán aunque les quiten los votos.