El ajedrez y la URSS 2.0

RAMÓN LOBO

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Rusia ha dado al mundo grandes jugadores de ajedrez. En los tiempos soviéticos se promocionaba su enseñanza en las escuelas y en las fábricas. Vladimir Putin nunca sobresalió en los campeonatos interescolares, pero exhibe maneras en el tablero internacional. El ajedrez es una disciplina matemática, exige conocer el movimiento y la utilidad de las piezas, pensar varias jugadas y sus variantes con antelación y no dejarse sorprender por el rival. Gana quien comete menos errores.

La partida entre Putin y la UE-EEUU-OTAN sobre el tablero de Ucrania no va bien para los intereses de Occidente. Los jugadores europeos cambian alegremente alfiles por peones laterales creyendo que así se ganan las partidas. Un jugador de nivel solo sacrifica una pieza importante si está convencido de obtener una ventaja sustancial más adelante. La UE entregó Crimea sin grandes alharacas esperanzado de que la conquista sería suficiente. Durao Barroso presumía en petit comité de que Rusia dejaría en paz el resto de Ucrania.

En el desarrollo de la partida hemos comprobado que aquel sacrificio fue un error: no se han obtenido ventajas. La posición actual es de debilidad pese a un enésimo alto el fuego acordado. En altos el fuego y declaraciones de paz, Ucrania se parece cada vez a Bosnia-Herzegovina.En los tiempos de la URSS existía la ciudadanía soviética, común a todas las repúblicas y territorios, pero cada uno conservaba su nacionalidad. Se tenía un pasaporte soviético y se era ucraniano, tártaro, kazajo, tayiko, judío, etc.

Lo que en Occidente llamamos prorrusos en Ucrania son rusos de verdad; fue su condición en la Ucrania de la URSS. Para ellos no ha cambiado la nacionalidad ni el territorio, solo la frontera. Los movimientos de Kiev alentados por la UE no han sido inteligentes, como suprimir la enseñanza del ruso.

Parece que Putin no busca la anexión del Este, como hizo en Crimea; lo que trata de evitar es la derrota militar de las provincias de mayoría rusa. Quiere una zona autónoma que sirva de tapón. En el Kremlin además de ajedrez estudian cada día historia: NapoleónHitler. La memoria colectiva y la propaganda logran milagros. De ahí el gran apoyo popular a Putin en Rusia. Él sabe a qué juega, qué quiere. Conocer el juego no le convierte en mejor dirigente ni le da la razón.

Es posible que Putin tenga un final imprevisto en la cabeza, una o varias sorpresas. Uno que incluya, por ejemplo, cambios en la frontera moldava del Transdniester, o que ambicione reconstruir el imperio zarista-soviético y recuperar el control de las repúblicas asiáticas, ricas en gas y petróleo (¿creíamos que éramos los únicos con intereses?). En el programa del Kremlin, que podríamos llamar URSS 2.0, hay tres casos potencialmente peligrosos: Letonia, Estonia y Lituania. En Estonia viven más de 110.000 rusos, un 9% de la población. Moscú juega a fomentar los movimientos secesionistas. Los tres bálticos son miembros de la OTAN. Nos veríamos obligados a su defensa. ¿Estamos dispuestos?

El ajedrez además de un juego matemático, es un duelo psicológico. Putin controla ese aspecto. Desprecia a Obama, al que considera débil, respeta a Hillary Clinton, y no se toma en serio a la UE. Solo a Merkel. Alemania sigue siendo Alemania en esa memoria colectiva. Eran otras partidas, otros tiempos, pero de ellas se aprende que los alemanes son siembre un rival temible.

Sin voz

Mientras esto se cuece sobre un tablero lleno de personas, una UE sin política común, sin voz, cambia su Gobierno bajo el mando del conservador Jean Claude Junker. Han colocado al polaco Donald Tusk en primera línea para demostrar a Putin que se han leído esa parte de la historia, para marcarle los límites.

El nuevo Gobierno europeo es producto de la componenda, del mercadeo persa de cargos. Europa no juega al ajedrez, quizá al parchís o a algún juego de azar parecido. Putin es temible porque une la estrategia ajedrecística con las maneras tabernarias del jugador de póker.

¿Derrotaremos con estos mimbres intelectuales al Estado Islámico en Siria e Irak que no juega a nada conocido? El miedo se puede infundir desde la habilidad o desde la brutalidad. El ISIS ha escogido la segunda. Es su arma, fluye bien por los canales occidentales en los que abunda el sensacionalismo, la propaganda y el desconocimiento de la realidad. El ajedrez madura la voluntad, el pensamiento complejo, pero sobre todo educa el coraje, la capacidad de defender nuestras convicciones durante mucho tiempo. Churchill decía que los políticos piensan en elecciones y los líderes en las futuras generaciones. Si es así, estamos perdidos.