Al contrataque

El 10 y el 6

MANEL FUENTES

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Messi es el mejor jugador del mundo. De acuerdo. Tal vez de la historia hasta hoy. Sí. Aunque algunos lo discuten, hay argumentos de sobra para reivindicarlo, pero más que del argentino que sigue escribiendo su legado, hoy más que del 10, quiero hablar del 6. De Xavi Hernández. Él ha contribuido, sobre todo durante el Barça de Guardiola, a que luciera más el argentino y el talento de todos los que tras un pase suyo han podido saborear las mieles del éxito, que en el fútbol es el gol. Xavi conoce y construye el éxito, porque también supo lo que era vivir en un Barça autodestructivo y perdedor, y se supo hacer fuerte. Con menos portadas y menos premios de los que debería, su humildad y pasión por el fútbol han ido siempre por delante. Ha sido siempre intérprete del juego e interlocutor del talento para encauzar las aguas cuando era debido y así disfrutar al máximo de lo deportivo que es lo que de verdad le interesa. Entre futbolistas o haciendo de puente con los entrenadores. Y los ha tenido de todos los colores. Nunca una salida de tono. Ninguna exhibición de derroche exuberante, ni actitud de nuevo rico.

Con los pies en el suelo, con Xavi lo que vuela es el balón y los sueños de los culés. Rey del pase corto, del medio y del largo. Hábil para el temple y para el caracoleo cuando así lo exigía la posición de sus compañeros, Xavi ha sido batuta cuando se le ha necesitado, brújula y siempre escudo. El que sin ruido siempre está en el lado del corazón de la camiseta. Un corazón que conoce la historia del club y que por eso sabe de la fragilidad de los buenos momentos. Siempre estuvo más por la concordia que por la conspiración. Más por el grupo que por engrosar el ego.

El éxito del brazalete

Esta dicen que es la Liga de Messi, y es verdad. Como tan verdad es que las de esta década fueron suyas, pero si Xavi lloró en el Calderón tras el primer título de este año, seguro que Messi, que se entiende a la maravilla con el de Terrassa, le echará pronto de menos. Y Luis Enrique. Y Bartomeu. Los años pasan y ahora que tiene menos minutos para expresarse en el campo, gestiona también el talento de puertas adentro.

En un momento delicado intercedió por el bien común y por el respeto merecido que todos le tienen, Xavi es uno de los artífices de este triunfo y tal vez del inicio de un ciclo ganador. Si el año pasado se hubiera ido sin hacer ruido y con un equipo que no alcanzó la gloria algo habría salido mal. Xavi merece un final apoteósico. Y este año ha sido imprescindible para que los egos no rompieran el equipo. Todos tiene su parte de gloria, y no está bien menospreciar a nadie. En el titular, la Liga es de Messi, (al que adoramos), pero por lo que ha preservado, para mí, el éxito está en el brazalete. En el escudo. Xavi, gracias por tu fútbol y tu ejemplo. Vuelve cuando quieras.