EDITORIAL

El Rey habla con claridad de Catalunya

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El primer discurso navideño de Felipe VI era esperado con especial interés, no solo por la novedad  personal que significaba tras los 39 años en que la alocución corrió a cargo de su padre, Juan Carlos I, sino por dos hechos de enorme relevancia que gravitan en los últimos años en la vida política española: el proceso soberanista catalán y las vicisitudes judiciales de la infanta Cristina. Y sobre ambos, sobre todo el primero, el Rey habló con suficiente claridad.

La mesura que aconseja el sentido común y el papel arbitral que le atribuye la Constitución llevaron a Felipe VI a transitar con equilibrio por el delicado problema catalán, al que sin embargo se refirió de forma explícita, lo que supone una novedad. No podía esperarse que el Monarca no recordase que la Constitución es el marco de referencia, pero al mismo tiempo aludió a la necesidad de hacer "todos un esfuerzo leal y sincero" para el reencuentro en "los afectos mutuos y los sentimientos compartidos". Toda una apelación al diálogo y a la superación de diferencias que se resume en una frase: "Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales o sentimentales". Y no es menos relevante el reconocimiento de que "desde Catalunya se ha contribuido a la estabilidad política de toda España y a su progreso".

Más elíptica pero de lectura inequívoca fue la referencia del Monarca a las irregularidades en las que han incurrido su hermana Cristina y su cuñado Iñaki Urdangarin: "No existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública", dijo, lo que entronca con el recordatorio que Juan Carlos I hizo en el 2011 de que todos los españoles son iguales ante la ley. El llamamiento de Felipe VI a "cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción" es  compartido por la ciudadanía, igual que la necesidad de "una profunda regeneración de nuestra vida colectiva". Tomen nota quienes deben.

El tercer pilar del discurso fue la crisis y los "inaceptables" índices de desempleo. Sin negar que las magnitudes macroeconómicas han mejorado, el Rey subrayó que debe crearse empleo de calidad, que "la economía debe estar siempre al servicio de las personas" y que hay que garantizar el Estado del bienestar porque es lo que permite la cohesión social. Otro recordatorio que no debería ser tomado como simple retórica por quienes tienen poder ejecutivo en España.