Duran Lleida tira por la calle de en medio

Unió Democràtica aprueba votar 'sí' al Estado propio y da libertad de voto sobre la independencia, igual que hizo Iniciativa per Catalunya

JOSÉ A. SOROLLA

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Ninguna sorpresa. Cuando hay dificultades, lo mejor es tirar por la calle de enmedio y no comprometerse. O salirse por la tangente. Eso es lo que ha hecho el consejo nacional de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), reunido en sesión extraordinaria para adoptar una postura sobre el voto en la consulta soberanista del 9-N. Unió decidió votar sí a la primera pregunta ("¿Quiere que Catalunya se convierta en un Estado?") y dejar libertad de voto en la segunda ("¿Quiere que ese Estado sea independiente?").

El líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, era partidario de esa fórmula, la más cómoda en un partido dividido sobre la independencia, y el secretario general y 'conseller' de Interior, Ramon Espadaler, ya avanzó a primeros de septiembre que se planteaban la libertad de voto.

En su carta semanal a los militantes, Duran escribió el pasado viernes que en el seno de UDC hay quien defiende el sí-sí y quien "sin hacer ruido opta por el sí-no y, hasta, sin dejar de defender el derecho a decidir, hay quien cree que no se ha planteado suficientemente de forma correcta el contenido de la consulta". Él mismo se encuentra con seguridad entre quienes piensan esto último, mientras que un centenar de cuadros han firmado un texto en favor del sí-sí.

POSICIÓN CÓMODA

Ante la primera pregunta, el consejo nacional expresó un "sí rotundo y desacomplejado", en palabras de Espadaler, quien interpretó esta rotundidad en el sentido de que es necesario superar el Estado de las autonomías para acceder al "Estado propio". No obstante, la tensión entre las diferentes posturas presidió una sesión que duró tres horas y en la que hubo incluso intervenciones en favor del no a la primera pregunta.

La posición adoptada será la más cómoda, pero es también la que merece más críticas. En primer lugar, porque evitar el compromiso desnaturaliza la misión propia de un partido político. ¿Para qué sirve una formación política si, ante una decisión de tanta trascendencia, es incapaz de orientar a sus militantes y simpatizantes? ¿Para que sirven los órganos dirigentes de los partidos, los congresos o los consejos nacionales? ¿Para qué el juego de mayorías y minorías?

La decisión de dejar libertad de voto a los electores y a los militantes es como no adoptar ninguna postura. Porque la libertad de voto pertenece a la conciencia de las personas, que no necesitan a nadie que se la dé. Hasta el punto de que un partido puede decidir en un sentido determinado, y los militantes y los electores pronunciarse en otro, haciendo uso de su libertad de voto. Eso nadie lo puede impedir, pero la obligación de una formación política es comprometerse, sobre todo cuando se trata de decisiones de tanta importancia como la secesión de una parte de un Estado.

POSTURA RETÓRICA

En segundo lugar, porque la postura adoptada no deja de ser una postura retórica ante la más que probable no celebración de la consulta tras la suspensión por parte del Tribunal Constitucional (TC) de la ley catalana en que pretende sustentarse y del decreto de convocatoria. En lugar de asumir que la consulta es inviable, Duran ha decidido continuar con el juego equívoco de los partidos soberanistas, que en una tensa reunión que duró siete horas decidieron el pasado viernes continuar con los preparativos del 9-N.

Duran Lleida, defensor de la tercera vía y confeso confederalista, siempre ha expresado su postura contraria a la independencia, desmarcándose así de su aliado Convergència Democrática de Catalunya (CDC), que ya ha decidido apoyar el doble sí, igual que Esquerra Republicana (ERC) y las Candidaturas de Unidad Popular (CUP). En el bloque soberanista hay, pues, tres partidos partidarios del sí-sí (CDC, ERC y CUP) y dos defensores del sí en la primera pregunta y de la indefinición en la segunda (UDC e ICV).

ICV TAMPOCO SE DEFINE

Iniciativa per Catalunya (ICV) se alinea junto a Unió, pero con la diferencia de que la dirección ha hecho una propuesta que estos días se está consultando a la militancia. El pasado 29 de septiembre, el consejo nacional aprobó casi por unanimidad votar sí a la primera pregunta y dar libertad de voto a la segunda (112 votos, un 90%, frente a solo dos en contra y 13 abstenciones). Esta propuesta se está sometiendo desde el pasado día 1 y hasta el 12 de octubre a una consulta interna, cuyos resultados se conocerán el día 13.

En Iniciativa per Catalunya conviven federalistas, confederalistas e independentistas, por lo que una decisión tan trascendente como optar o no por la independencia pondrá a prueba la cohesión del partido, que puede acabar en ruptura, igual que la federación CiU. Tanto ICV como Unió han justificado su indefinición con apelaciones a la conservación de la "pluralidad" y la "diversidad" internas, pero la ambigüedad solo se mantendrá mientras la consulta sea una alternativa improbable. El día en que haya que votar de verdad en unas elecciones en las que los programas tengan que incluir o no la opción de la independencia, esta unidad ficticia saltará por los aires.

Post publicado en ZoomNews