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Draghi recuerda que algún día destruirá dinero

Mario Draghi, durante una conferencia de prensa en la sede del BCE en Fráncfort.

Mario Draghi, durante una conferencia de prensa en la sede del BCE en Fráncfort. / REUTERS / RALPH ORLOWSKI

JESÚS RIVASÉS

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Mariano Rajoy cabalga -también por la moderna ruta de la seda- a lomos de una bonanza económica mayor de lo esperado. La estrategia del Gobierno, consiste en extremar la prudencia. Sin embargo, el PIB podría crecer este año hasta un 3,2%, según algunos expertos. La Comisión Europea, que preside Junckers, no va tan lejos, pero no deja de darle palmaditas en la espalda a Rajoy, mientras pone de ejemplo a España como modelo de salida de la crisis. Un enorme balón de oxígeno para el presidente para sortear los mil y un recovecos y las otras trampas, ocultas o no, de los casos de corrupción que asolan al PP. Rajoy, en cualquier caso, se concentra en lograr la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado a finales de mayo. Luego, el inquilino de la Moncloa vería horizonte hasta 2019.

Mario Draghi, mientras tanto, estuvo la semana pasada en el Parlamento holandés. Una plaza difícil y crítica, al rebufo alemán, que con frecuencia ve laxas las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE), que ha duplicado su balance desde 2015 hasta alcanzar  los 4 billones de euros, lo que significa, en roman paladino, que ha creado 2 billones de euros de la nada, destinados a impulsar la recuperación económica de los países de la Unión Monetaria. En Alemania y Holanda -y otros países del norte- creen que Drahi, presidente del BCE, ha ido demasiado lejos con lo que algunos llaman el "gas de la risa monetaria" para beneficiar sobre todo a los países del sur de Europa y que hay que cortar el grifo.

Draghi, fino estilista italiano por los peligrosos recovecos comunitarios, presume de haber contribuido a crear 4,5 millones de empleos, pero en Holanda también anunció que en algún momento "los tipos de interés volverán a subir, y no es tarea del BCE preparar a los países para esos eventos". No ocurrirá a corto plazo, pero sucederá y cuando el BCE suba los tipos de interés y deje de comprar deuda de los países y otros activos también habrá empezado a reducir su balance, a destruir dinero.

El jefe del BCE cree que, ahora, los países -y España es uno de los más afectados- tienen tiempo para prepararse para ese momento. Si no lo hacen, el horizonte será más que sombrío. Rajoy se queja de que solo tiene 137 diputados y que no puede hacer mucho más. La oposición sigue entretenida en sus peleas internas -el PSOE- y en ofrecer espectáculo -Podemos-, pero el lobo, en forma de subida de tipos de interés llegará y, entonces sí, estaría en peligro el Estado del Bienestar y otras muchas cosas. En los albores de la era Macron, el del "populismo mainstream", otro francés, el premio Nobel Jean Tirole ha recordado en Madrid que "en países como España hubo voces que alertaron de lo que ocurría (la crisis en la época Zapatero). Los políticos, presos de sus incentivos para salir reelegidos, no escucharon". Ahora, Draghi también ha advertido que un día destruirá dinero. No hay garantías de que le escuchen al sur de los Pirineos. 

Twitter: @jesus_rivases