tú y yo somos tres

Dos reinas y un ventrílocuo

FERRAN MONEGAL

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Esta serie, <i>Reinas</i>, que emite los martes TVE-1, ha nacido gafada. Y el gafe es el ventrílocuo y controvertido empresario José Luis Moreno, que es el productor y director y, además, sale continuamente en el making of que hacen después de cada capítulo. No puede resistirse a su ego. Se exhibe como si fuera una reina más. Es una lástima. Ya se ha publicado que la factura que se paga por cada capítulo de esta serie es de dos millones de euros. Y las audiencias son de apaga y vámonos: esta semana tocó fondo con un pobrísimo 7,4% de share. Parece que los prejuicios sobre el ventrílocuo -que se ha ganado a pulso con su larga y nefasta trayectoria televisiva- están condicionando esta serie de televisión. Repito, es una lástima. Es un trabajo que no merece tan escaso interés. Plantea esta ficción histórica las relaciones de dos reinas que eran primas y que marcaron la Historia: Isabel I de Inglaterra y María Estuardo de Escocia. A la inglesa la llamaron La reina virgen; a la escocesa, La reina mártir. Pero ya nos advirtió André Maurois, en su absolutamente recomendable Histoire d'Anglaterre, queni Isabel fue una virgen ni María Estuardo una mártir, a pesar de morir ejecutada en un cadalso en el que el verdugo necesitó propinarle tres hachazos para decapitarla. La serie retrata bien a Isabel. A María Estuardo no tanto. La actriz  Rebecca Scott hace una interpretación de la reina inglesa muy notable. A Olivia Chenery le han dibujado un papel de reina escocesa afrancesada -que lo fue- con trazos más despendolados. A veces da la sensación de que se han inspirado en las pasarelas de Victoria Secret, tan fashions. Deben ser los ramalazos del ventrílocuo. Se notan estos golpes de Moreno. Hay un instante, en el primer capítulo, cuando llevan a  presencia de Isabel a un grupo de indígenas de Sierra Leona, que a Moreno se le va la mano: les pone en taparrabos a brincar, y parecía que resucitaba sus macarrónicos shows en TVE-1, Noche de fiesta, La alfombra roja Palace y similares.

Pero al margen de estas frivolidades, por fortuna escasas, esta serie merece ser seguida con más entusiasmo. Está rodada en inglés, porque parece que la BBC está interesada. Quizá allí la aprecien más que aquí. Retrata bien una época apasionante. Si María Estuardo hubiera tenido más cabeza -Maurois dice que la llamaban la serpiente porque era vil y rastrera-, podía haber sido reina, al mismo tiempo, de Escocia, Inglaterra y Francia. A Felipe II le habría dado un soponcio grave.