El turno

De don José María a don Emilio

MARÇAL SINTES

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Al igual que le sucede al personaje encarnado porBill Murrayen la películaGroundhog Day (el Día de la Marmota, traducida al español comoAtrapado en el tiempo), asistimos de nuevo al derrumbe del imperio deJosé María Ruiz-Mateos.Si hace unos cuantos lustros el malo eraBoyer-«¡que te pego, leche!», ¿se acuerdan?-, ahora esBotín, que cerró el grifo al clan de la abeja.Ruiz-Mateos, al revolverse contra el presidente del Banco Santander, ha difundido las cartas enviadas a donEmiliosuplicando auxilio. Son entre enternecedoras y grotescas. Pienso especialmente en aquella en la queRuiz-Mateoscomunica al banquero que, a pesar de que se niegue a dejarle más dinero, su familia ha rogado por él en la capilla doméstica. Sin embargo, la misa deRuiz-Mateosno ablandó ni en lo más mínimo el alma deEmilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos, hijo y nieto de banqueros.

En otra de las cartas,Ruiz-

Mateosse ve en la obligación de confesar a su banquero -y amigo hasta que las cosas se torcieron- que la publicidad y la información que está ofreciendo públicamente para conseguir que los ciudadanos confíen su dinero a Nueva Rumasa a cambio de pagarés tienen poca conexión con la realidad. Y en un tono ridículamente pedagógico y de estudiadocoleguismo, confiesa aBotínque, ya sabes, una cosa es lo que se dice de puertas afuera (para atraer a incautos) y otra la realidad, y la realidad, queridoEmilio, es que las cosas están jodidas y necesito el dinero de tu banco. AquíRuiz-Mateosme recuerda a los gobiernos de las llamadas economías periféricas, como la española, que a menudo se ven obligados a ponerse ante los focos para prometer y reprometer que las cosas mejoran y que el próximo trimestre eso aún se verá más claro. También imagino aBotínponiendo los ojos en blanco mientras veía el mes pasado aRuiz-Mateosen la tele proclamando que se suicidará si no paga.