Distraídos de lo esencial

TONI Aira

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Procrastinación. Igual la palabra no les dice nada, o incluso les suena a palabrota. Pero no, en psicología este término describe un trastorno del comportamiento asociado a lo que haces cuando cambias. Es, básicamente la acción o hábito de dejar para más adelante acciones o actividades que se deben atender, optando por otras más irrelevantes y agradables. Esto nos pasa un poco a todos con el auge de los teléfonos móviles, las tabletas y otros dispositivos de aquellos que nos dispersan la atención con mil y unos estímulos visuales, sonoros o aplicaciones que nos enganchan y nos distraen a menudo de lo que es más de provecho. La política catalana hace tiempo, antes de que naciera Steve Jobs y sus ingenios, que tiene una afición a ello (sin duda enfermiza).

Nuestra política ha demostrado ampliamente un deleite especial por perderse en debates irrelevantes y por encontrarse cómodo con la disputa interna y pequeña. ¿Esto último es agradable? En principio no pero tiene enganchado al catalanismo hace décadas. Y algo le encontrarán porque parecía que ahora salíamos de ahí, pero ya veremos. Y es que una semana después de unas elecciones que fueron un éxito democrático de récord, logrado contra los elementos y con 72 diputados independentistas de los 135 del Parlament (mayoría más que absoluta), ya tenemos distraído al personal en lo que para la inmensa mayoría de los que se movilizaron para votar independencia era del todo secundario en comparación al inmenso reto que se planteaba asumir.

Construir un nuevo Estado era el gran desafío, la tarea prioritaria a impulsar políticamente, no perder demasiado tiempo en debates que junto a este quedan claramente como menores. Y la cuestión de Artur Mas sí o no como presidente de la Generalitat es exactamente eso. Una distracción absurda que sólo genera placer real en Madrid. En Catalunya esto es procrastinación total. Hará sentir bien a unos cuantos durante un rato, pero de ello no se sacará nada políticamente positivo si distrae demasiado de lo importante que hay que atender.

La ilusión y la movilización de cientos de miles de ciudadanos obliga. O debería hacerlo. El votante soberanista ha cumplido su parte del trabajo con una gran movilización. ¿ Y la política, para empezar, responderá fulminando al líder de la fuerza independentista mayoritaria? No sé verlo, pero tampoco veo que Junts pel Sí tenga que buscar hacer a Mas presidente a cualquier precio, es decir, a hacer cualquier cosa o cualquier gobierno que se plantee a propuesta de una asamblea de la CUP.

Y sí, mientras tanto en Madrid los de Mariano Rajoy ríen ahora injustamente y sin hacer ellos nada para merecerlo. Solo cuando los de aquí dejen de distraerse tal vez allí termina la fiesta.