APRESTO DOMINICAL

La distancia de Plutón a la plutocracia

La política expansiva del Banco Central Europeo con sus inyecciones de miles de millones de euros a interés nulo reabre el interés por uno de los temas más tratados a lo largo de la historia: el significado del dinero.     

La última novela de Hans M. Enzensberger es un alegato contra el poder del dinero y sus efectos sociales

ILUSTRACION VINETA  DEL  LIBRO  SEMPRE ELS DINERS  DE HANS  MAGNUS ENZENSBERGER

ILUSTRACION VINETA DEL LIBRO SEMPRE ELS DINERS DE HANS MAGNUS ENZENSBERGER / periodico

JOSEP-MARIA URETA

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“El Banco de España pagará al portador la cantidad equivalente en oro a 100 pesetas”. Hasta 1976, los billetes de uso común en España llevaban esa leyenda. Luego se quedó en un simple 100 pesetas, sin equivalencia. Y sin embargo, el Banco de España tiene mucho oro acumulado. 270 toneladas, repartidas, en tercios, entre su sede central frente a la madrileña plaza de Cibeles, el Banco de Londres y la reserva federal de Nueva York. Recuento en la sede madrileña: 90.000 toneladas, que incluyen una singular y apasionante colección de millares de monedas de oro de todas las épocas, alojadas a 35 metros bajo tierra.

Para acceder a ese tesoro hay que franquear tres puertas de una decena larga de toneladas de peso según describió hace unos años el diario 'ABC' y un vídeo aun más explícito en Youtube. Dispone incluso de un mecanismo de protección que inunda el entorno de esa preciada bodega del BdE. Ser inaccesible es la fortaleza del Banco de España, también en sus decisiones, a las infiltraciones constantes que le envía los últimos años el Ministerio de Economía para hacerlo más vulnerable a la política partidista.         

Esos lingotes del tamaño algo superior al de un turrón navideño pesan 12 kilos y al precio de hoy cuestan unos 360.000 euros por unidad. ¿Es esta la medida idónea de nuestra riqueza, de nuestros ahorros? ¿Dónde está la equivalencia vigente, contra toda realidad, con la de hace 40 años?

Cuando parece que hablar del dinero como si ya no tuviera ningún valor (igual que los billetes de 100 pesetas confrontados con el oro acumulado en las cámaras del Banco de España en la calle de Alcalá, construidas en 1931) porque el BCE ha decidido fabricar billetes hasta que los europeos gasten y se endeuden lo necesario para evitar la deflación, vale la pena leer una obra menor (novelita, según el mismo autor) de Hans Magnus Enzensberger titulada ¡Siempre el dinero! (Alfaguara; Sempre els diners!, Edicions 62), que incluye una deliciosa serie de dibujos de Javier Mariscal y un buen número de aforismos sobre el dinero de filósofos, políticos e historiadores de todos los tiempos.

LA TRAMA

Enzensberger (Baviera, 1929) es uno de los grandes eruditos alemanes del siglo XX que ha cultivado la poesía, el ensayo y el periodismo con una notable voluntad de ser referente moral. Hace 20 años escribió una obra universal, El diablo de los números, en el que bajo la forma de un cuento buscaba redimir a las matemáticas entre el público joven, y también con miras al adulto. Ahora recupera esa misma capacidad para proponer una revisión crítica de lo que es el mundo financiero, su hábil imposición y dominio de todas las relaciones sociales y también de sus carencias.

El relato que concibe Enzensberger es el de la relación entre una mujer mayor y vitalista, residente en Suiza, y sus tres sobrinos adolescentes que viven en Múnich, una familia de clase media trabajadora y que es el patrón de millones de familias alemanas. La protagonista se llama Fé (de Felicitas), sus sobrinos y su hermano y cuñada tienen nombre que empieza con F, como finanzas. Tía y sobrinos tienen una serie de encuentros, al principio fugaces, luego constantes, en los que Fé (una mujer adinerada que ha hecho lo que ha querido desde joven) desvela su desencanto con el modelo capitalista, porque conoce sus miserias. En esa relación se descubre desde el significado de la elección racional, los secretos del crédito, los métodos de recaudación del Estado, la propiedad de los bienes públicos como el agua y los ciclos económicos (gran alusión a la canción de moda de los años 50 en EEUU sobre la Coyuntura cha-cha).

Enzensberger utiliza, al final de la novelita, un parque muy concido en Múnich en el que a partir de la esfera del Sol, los caminantes recorren el sistema planetario a razón de un millón de kilómetros por cada paso. La Tierra se alcanza en unos minutos. Para llegar a Plutón, planeta enano desde el 2006, se necesita más de una hora. En la mitología griega es el dios de la riqueza, de dudosa fama. La plutocracia, el gobierno del dinero, tan cercano, es el objetivo del autor.        

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