El dinero, la ideología y la salud

Hay casualidades que dan que pensar.Josep Ramoneda (El País) volvía a denunciar ayer el vacío que nos atenaza:«La ideología de que no hay ideología es la ideología dominante, que somete a los gobiernos al poder dinero, sin margen para disidencia (...). La sociedad catalana vive instalada en el mito de que no hay alternativa. El ajuste es un plan indiscutido(...). Hay que saber qué sociedad queremos. Y aquí es donde se da el gran vacío, que la ciudadanía siente que llena la rapacidad de los poderes del dinero, sin que los políticos tengan nada que decir ni que proponer».Antes de llegar a esta conclusión,Ramoneda había lamentado que ni el Govern se atreva a situar abiertamente los recortes en un proceso privatizador de servicios públicos ni la oposición sea capaz de defender su legado y explicar su alternativa.

Pero en los dos flancos había novedades en el quiosco.

Y no porque el Govern de la Generalitat hubiera decidido dar un paso al frente en el primero, sino porque una privada Fundación Bamberg lanzaba ahora una ofensiva en toda regla contra la sanidad pública autonómica al entender que empiezan a resquebrajarse los principios básicos de universalización y equidad impulsados por la ley general de sanidad deErnest Lluchhace 25 años para extender la salud como un derecho básico para todos. La presentación se hizo el lunes en Madrid y de ello daban cumplida cuentaLa Vanguardia yAbc. Título de la primera: Un grupo de expertos pide devolver al Gobierno competencias en sanidad.Subtítulo:La Fundación Bamberg propone un cambio 'radical' para sostener el sistema. Título del segundo:Cómo salvar la sanidad pública con la ayuda de privada. Subtítulo:Un informe propone la entrada de compañías aseguradoras. Ninguno de los dos diarios hacía consideraciones editoriales.

Paralelamente, laexconsellera de Salut dePasqual Maragall yJoséMontilla,Marina Geli,defendía también ayer, con un artículo en estas mismas páginas, su legado y el de todos sus antecesores desde que hace 33 años se restauró la Generalitat deTarradellaspara plantear como alternativa a los recortes indiscutidos la necesidad de consensuar la preservación de lo básico de la sanidad pública catalana.

El camino, si todo es lo que parece, ya está esbozado. Y da casi tanto vértigo como el vacío de la política.