El proceso soberanista

Dímelo cantando (y sin políticos)

Una hipotética campaña en toda España en favor de un referéndum catalán debería basarse en el humor

Una imagen del acto del inicio de la campaña del PDECat por el 'sí' al referéndum y a la independencia.

Una imagen del acto del inicio de la campaña del PDECat por el 'sí' al referéndum y a la independencia.

TONI AIRA

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Una de (comunicación) política ficción. ¿Cómo vender el referéndum por la independencia en España? ¿Cómo hacer una campaña ganadora para esta causa, tal cual marcan los cánones, en positivo? Con una declaración de amor, no de guerra. Y eso ¿cómo se podría hacer con unas mínimas garantías de éxito? Por la vía emocional, que es como se nos apela mejor a la razón. Con mucho internet, y especialmente tirando de Facebook, que es la red donde más internautas y más diversos hay, para que este entorno nos ayude a segmentar públicos. Con humor, al estilo de las campañas publicitarias de Ikea, como aquella reciente del Díselo cantando, donde los mejores amigos, al no atreverse a decir a sus colegas que su piso es un bodrio, optaban por soltárselo a lo La-La-Land. Y todo ello, por supuesto, sin políticos de por medio.

QUE SE HABLE DE ELLA

Una campaña, para llegar al máximo de personas posible, necesita existir, tener notoriedad, que se hable de ella. De entrada, una campaña en España para el referéndum por la independencia de Catalunya, si se plantea en clave de humor, de guiño y de distensión, ya sería viral en sí misma. Impactaría, a favor y en contra, pero a la vez rompería tópicos y prejuicios. El humor siempre desarma, desafía más que el exabrupto. Como aquel Oriol Junqueras que antes de ser vicepresidente de la Generalitat se plantó en el Salvados de Jordi Évole, cual miembro adoptado de una familia andaluza que hasta entonces parecía no entender en absoluto qué significaba eso de ser independentista. Pero aquello era (desde el prisma de sus asesores) parte de una campaña de proyección de un liderazgo en particular, dentro de un conjunto de acciones bien pensadas y diversas. Una campaña para divulgar el referéndum por la independencia de Catalunya también requeriría acciones muy diferentes, entre ellas una fase inicial de impacto que rompiera esquemas, por ejemplo tirando de humor y de un punto de autoparodia, pero sin políticos de por medio. Ellos ya han protagonizado demasiado tramo del relato y sobre sus alas pesa demasiado el plomo del prejuicio.

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«¿Por qué a un amigo nos atrevemos a decirle cualquier cosa, menos cuando se trata de su casa? Si te cuesta, cántaselo». Así empieza aquel anuncio de la famosa multinacional de muebles. Y acaba con un entrañable Tu hogar, tu nuevo mejor amigo. ¿Se imaginan a ciudadanos anónimos catalanes cantando todas las meteduras de pata que les han separado de España, y acabando los miniclips con un eslogan estilo Tu vecina (Catalunya), tu nueva mejor amiga? Un decir que se va a votar para decidir si se quiere seguir así o no, pero sin acritud, con promesa de amor fraterno y versionando aquello que Jeanette también dijo cantando: «Porque el mundo [España en este caso] me ha hecho así».

LAS REDES SOCIALES

No hacen falta grandes caravanas de autobuses, ni grandes mítines que puedan quedar medio vacíos. Hoy en día, a través de las redes sociales se pueden viralizar mensajes y campañas que lleguen a casi todo el mundo. Por ejemplo, a través del Whatsapp que tenemos todos y desde donde los grupos de amigos, familiares o padres del cole se envían a diario memes, vídeos y ocurrencias varias que llegan de punta a punta del país, por no decir del planeta. Por ejemplo, a través de un Twitter donde se encuentran los más activos, los más politizados, los más trolls y muchos jóvenes, periodistas y políticos. Por ejemplo, a través de un Facebook donde se encuentra el grueso de eso que Mariano Rajoy describe a menudo como «la gente normal», muchos de los que más pasan de la política, nuestras madres y padres, y buena parte del público que vía segmentación ayudó mucho a ganar las últimas elecciones españolas al PP, con ayuda de asesores americanos del equipo de Jim Messina. Esto último es especialmente posible y efectivo porque el señor Facebook, pagándole, nos permite dirigir mensajes en vena a públicos que hayamos identificado previamente como objetivos de nuestra comunicación, ya sea porque los hemos clasificado como indecisos, como basculantes o como decantadores de la balanza según el lugar o el segmento de población.

EL 'HOMO SENTIMENTALIS'

Carles Puigdemont, en el Parlament, dijo en sus primeros pasos como president aquello de «gracias, Tribunal Constitucional, contigo empezó todo». Imitaba a Gerard Piqué y su famoso «gracias, Kevin Roldán, contigo empezó todo». Y aquella frase del president salió en todos los medios. Y todos la entendimos al segundo. Y dibujó una sonrisa hasta en los menos afines al autor de la frase-homenaje. Lo dijo Milan Kundera: somos el homo sentimentalis. Se nos apela a la razón a través de la emoción. Como las canciones, como el humor. Dímelo cantando, eso de que vais a votar. Seguramente no pasará. Pero habría sido divertido.