Dido y Eneas viajan de Cartago a Bruselas

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ROSA MASSAGUÉ

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El viaje lo inició Virgilio en Cartago al contarnos la historia de Dido, la soberana de aquel reino norteafricano, y del troyano Eneas. En Londres, Henry Purcell le puso una música maravillosa a esta relación que se debate entre el amor, el deber y la traición. Ahora, desde Barcelona, una versión actualizada, 'Dido reloaded / Go, Aeneas, Go!' traslada a los protagonistas a la Europa en crisis del siglo XXI. 

Òpera de Butxaca i Nova Creació (OBNC) encargó a cuatro compositores, a una libretista y a un director de escena la revisión del mito de Dido y Eneas inspirándose en la ópera de Purcell, pero en clave contemporánea. El pasado año se estrenó 'Dido reloaded' en el teatro de disección de la Real Academia de Medicina de Barcelona. Tras aquel estreno la fase de creación continuó con una segunda parte, 'Go, Aeneas, Go!' y ahora, en el Espai Lliure, se presenta por primera vez el último añadido en forma de epílogo junto a las dos anteriores.

Los compositores Raquel García-Tomás, Octavi Rumbau, Xavier Bonfill y Joan Magrané firman la partitura de 'Dido reloaded'  compuesta para música electrónica, clarinete, clarinete bajo violonchelo y dos voces (soprano y mesosoprano).

El inicio, obra de García-Tomás, es solo electrónico y enlaza directamente con temas de la ópera de Purcell. La conjunción de barroco y siglo XXI, además de ser muy hermosa, marca el camino de lo que se desarrollará a continuación con la incorporación de un clarinetista (Víctor de la Rosa) y una vioilonchelista (Cèlia Torres).

Destaca por encima de todo la escritura vocal, interpretada además por dos voces que se adaptan perfectamente a las exigencias de los compositores, la de Maria Hinojosa, como Dido, y la de Anna Alàs, como Belinda, la hermana y confidente de la reina. Ambas se desdoblan además en el papel de las brujas que destruirán no solo el amor entre Dido y Eneas, sino también a Cartago. En esta obra Eneas no aparece. Es el clarinete quien simboliza al héroe troyano.

Dido se debate entre el amor por Eneas y el deber como gobernante, como en el original, pero aquí se supone que estamos ante la jefa de un Estado europeo fallido y esta es la parte débil de la ópera. La dramaturgia, firmada por Cristina Cordero, resulta poco desarrollada de lo que también se resiente la dirección de escena, obra de Jordi Pérez Solé. La gestualidad de Dido, por ejemplo, resulta irritante en exceso.

'Go, Aeneas, Go!' sigue la línea musical de calidad y aquí el trabajo de dramaturgia adquiere mayor vuelo acompañado de unos videos muy efectivos de la compositora García-Tomás. Aquí sí aparece Eneas, interpretado por el tenor Joan Ribalta. Si en la Eneida virgiliana el troyano es enviado a fundar nada menos que Roma, en esta revisión le ha sido asignada una tarea quizá mas titánica, la de combatir el euroescepticismo y abogar por una auténtica Unión europea.

En su periplo por las capitales europeas solo encuentra tropiezos para su proyecto, tropiezos representados por una Alàs que exhibe todo el abanico de posibilidades de su voz además de una gran teatralidad.

El epílogo estrenado ahora en el Lliure es de Magrané que ha escrito una partitura de gran lirismo. Desaparece la música electrónica y son solo el clariente y el violonchelo los que acompañan el reencuentro de los amantes, ahora ya sí, abocados al destino fatal. La dirección musical de las tres partes que componene el espectáculo es de Francesc Prat.    

Pese a estar sin rumbo y sometida a la dictadura de los mercados, esta misma Europa ha contribuido a esta particular revisión del mito no solo en el aspecto programático. 'Go, Aeneas, Go!' recibió el premio Berliner Opernpreis de este año que concede la Neuköllner Oper y ha sido representada en dos escenarios de la capital alemana después de una estancia creativa de todo el equipo en aquella ciudad.

Músicalmente hablando, esta ha sido una semana de un nivel poco habitual en Barcelona. La propuesta contemporánea de 'Dido reloaded' ha coincidido con las últimas representaciones de una de las óperas importantes de la primera mitad del siglo XX, 'Arabella', de Richard Strauss, en el Liceu (por cierto, la nueva directora del teatro de La Rambla, Christina Scheppelmann, estaba el viernes en el Espai Lliure) y con el concierto del gran contratenor Philippe Jaroussky en el Auditori. Un lujo de semana.