El día de la marmota

No sé si estamos ante 'performances' judiciales o bravuconadas políticas, pero el conflicto beneficia a ambas partes

La portavoz del Govern, Neus Munté; el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el 'president' Carles Puigdemont, en el Parlament.

La portavoz del Govern, Neus Munté; el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el 'president' Carles Puigdemont, en el Parlament. / periodico

CARMEN JUAN

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Se dice, se habla, se comenta que la Generalitat está en condiciones, a 1 de julio, de gestionar todos nuestros impuestos a través de la Agència Tributaria Catalana. Que la Generalitat tiene nuestros datos fiscales obtenidos "ilegalmente", que Santi Vidal es un bocachancla que "se ha equivocado de todas, todas", según el propio Artur Mas. Que la ley de desconexión está redactada en un 95%, pactada entre la CUP y Junts pel sí, aunque se ignora su contenido. Que el Govern estaría en condiciones de adelantar el referéndum para antes del verano, que el 2017 será el año de una Catalunya "rotundamente libre".

Se dice, se habla y se comenta que el Gobierno tiene un plan para activar medidas "coercitivas" para evitar el referéndum, que se "precintarán" los colegios, que se intervendrá la Conselleria de Educació, que se activará el artículo 155 de la Constitución, y que estamos a poco menos de una estación del choque de trenes ¡Vaya, el apocalipsis! Por cierto, busquemos otra metáfora. ¡Qué cansino es lo del choque de trenes! Si desde Einstein ya sabemos que todo es relativo, y que los trenes, sus viajeros y los que esperan en el andén están todos en movimiento y cada uno tiene su propia realidad.

A todo esto, el referéndum no ha sido convocado, y será ilegal, porque no habrá forma de pactarlo, y, de convocarse, salvo que la pregunta sea más simple, será una reedición del 9-N. Ese referéndum, perdón, "consulta participativa" que lleva a Mas el lunes ante la justicia, donde se juega una inhabilitación que frustraría su plan de regresar a la presidencia de la Generalitat, en una elecciones… ¿plebiscitarias? ¿constituyentes?... Que podrían coincidir con el famoso referéndum. ¡Por urnas no será! Se pone una al lado de la otra y a ver quién se atreve a precintarlas. Lo de precintar ha dolido, hasta Carles Puigdemont ha respondido con este tuit: "Ya lo hemos entendido: para hacer una tortilla hay que desprecintar los huevos". Algún día deberíamos reflexionar sobre el uso que los políticos hacen de Twitter; algunos tienen más peligro que darle una pistola a un mono.

EL ESTRIBILLO DE SIEMPRE

A mí todo esto me suena al estribillo de siempre, varios tonos más agudo. No sé si estamos ante 'performances' judiciales o bravuconadas políticas, aunque hace tiempo que la política ha sido sustituida por el conflicto y que el conflicto beneficia a ambas partes. Como dice Errejón --no es el único, es el último--, el Gobierno del PP es una fábrica de independentistas, y el desafío catalán anima a la derecha más rancia.

La foto de la desobediencia reprimida por la fuerza sería la mejor campaña para internacionalizar el 'procés' catalán, y sería jaleado por aquellos que piensan que Rajoy es un blando y piden mano dura. Entiendo que la marmota Phil se haya vuelto a la madriguera al ver su sombra. Me pasa lo mismo cuando enciendo la radio cada mañana; a diferencia de Bill Murray, a mí sí me entran ganas de hibernar.