Literatura y discriminación

Día de las escritoras

Cuando las mujeres valgan lo mismo que los hombres en la cultura (y fuera), podremos hablar de meritocracia

Expositor de una librería de Manlleu (Osona) en un día de Sant Jordi.

Expositor de una librería de Manlleu (Osona) en un día de Sant Jordi. / periodico

JENN DÍAZ

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El 16 de octubre del 2017, Día de las Escritoras. Sí, existe un día para las escritoras y ninguno para el de los escritores. Sí, es necesario. No, los hombres no sufren ningún tipo de discriminación por el hecho de ser hombres. No, tampoco en literatura. Sí, por supuesto, estamos mucho mejor que las escritoras que nos preceden. 

No, eso no significa que hayamos alcanzado la igualdad. Sí, nos reunimos y leemos a escritoras en las bibliotecas y sí, las leemos mayoritariamente mujeres del mundo de la cultura. Sí, a las mujeres hay que leerlas todo el año. No, los hombres escritores no necesitan ningún tipo de campaña, se les lee sin necesidad de forzarlo. 

Sí, hay muchas escritoras que viven de sus libros y actividades relacionadas con su escritura. No, ni hablar, no son tantas como hombres viviendo de sus libros y sus actividades literarias. Sí, apenas hay críticas literarias, y las que hay, se sienten obligadas a escribir sobre libros escritos por mujeres. Sí, alguien tiene que hacerlo y no, no todos los críticos literarios están dispuestos a bajar de su pedestal únicamente habitado por varonzuelos. 

Sí, la mayoría del sector editorial tiene nombre de mujer en los puestos bajos: editoras, correctoras, lectoras. Y no, en los puestos importantes las salas se llenan de corbatas. Sí, los libros con personajes femeninos también pueden ser leídos por hombres. Y no, no responderé más esa pregunta en ninguna otra entrevista. Sí, estamos cansadas de reclamar la atención que merecemos. 

Sí, es descorazonador que todavía no hayamos alcanzado cierta normalidad y las cuotas en las mesas de debate sean antinaturales. Sí, el día en que las mujeres valgan lo mismo que los hombres en la cultura (y fuera), podremos hablar de meritocracia. No, todavía queda mucho trabajo por hacer. 

Sí, desde luego, me siento muy mal leyendo en la Biblioteca de Catalunya un fragmento de Aurora Bertrana cuando Galicia, Asturias y Portugal arden. Vivimos tiempos en los que tenemos que reclamar de nuevo unos mínimos respetables.  Sí, es una putada.