(Des)orden y (des)concierto en el PSC

TONI AIRA

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Pere Navarro dijo que abandonaba y lo hizo. No todo el mundo puede decirlo, como es el caso de Josep Antoni Duran Lleida, que lo soltó y lo hará por fases. Por cierto, que me dicen fuentes de Unió que mañana lunes podríamos vivir el primer paso de esta retirada por etapas, con la renuncia oficial de Duran a la secretaría general de CiU en favor de Ramon Espadaler. Me lo asegura gente del entorno de Duran, aunque con él se tiene que hacer como Santo Tomás: o se ve (y se palpa) o no se cree.

Pero volviendo al PSC, a un Navarro que ni mandaba ni lideraba (que no es exactamente lo mismo) lo releva ya oficialmente un Miquel Iceta que mandará seguro y que enfocará su etapa de liderazgo a aquello que  describe el concepto de base: dirigir. ¿Hacia dónde? ¿Hacia la victoria? De momento, no. De momento, para empezar, hacia el orden y el concierto, en tiempos de mucho desorden (casi caos) y de desconcierto (general) en la parroquia socialista. Y al final de su mandato al frente del PSC sabremos qué ha sido un paréntesis (más o menos largo): si su liderazgo o la crisis profunda de los socialistas catalanes.

«El jueves estuvieron horas y horas en la cuarta planta Miquel y Enric Casas», dice un nuevo miembro de la ejecutiva surgida sobre todo de la cabeza de estos dos gatos viejos de la política, alianza que hace años que dura y que ahora vuelve con fuerza después de años cocinando campañas y estrategias para otros y ahora con Iceta de líder y con Casas (nuevo secretario de comunicación y acción electoral) como su gran consejero y cómplice en el aparato, y en la ejecutiva misma. Ya empiezan a hacer chup-chup. No en vano, en la cuarta planta de la sede nacional del PSC en la calle Nicaragua de Barcelona está el despacho del primer secretario y su equipo más inmediato. En tiempos de José Montilla, con José Zaragoza e Iceta. Ahora con el nuevo primer secretario, con equipo, sí, pero sobre todo con él. Sabe mandar y tiene hambre de ello. «Demasiado tiempo de callar», dijo ayer. Demasiado tiempo de proponer y escribir para que otros acabaran decidiendo, haciendo y diciendo por él.

Hace años, se decía que en CiU  mandaban tres personas: «JordiPujol y Soley».  Ahora en el PSC pasará bastante eso con MiquelIceta y Llorens. Una situación que los socialistas afrontan en un contexto muy diferente al de aquella Convergència de las sucesivas mayorías absolutas de Pujol. La ventaja del invento, para los optimistas del lugar, es que «si esto sale mal se quemará básicamente Miquel». Según los más realistas, «si esto tampoco sale nos quemaremos todos irremediablemente».

CARAS NUEVAS / Hay algunas nuevas incorporaciones en la Ejecutiva, como los jóvenes Esther Niubó (descabalgada del Parlamento Europeo por los malos resultados del partido, y ahora portavoz), David Lizoain (de origen navarro-canadiense, al frente de estudios y programas) y Joaquín Fernández (secretario de organización de la Federación del Baix Llobregat, ahora también secretario de coordinación territorial, y a quien más de un compañero ve como «un Zaragoza en potencia»).

Hay nuevas caras como estas y otras de hace años, como Assumpta Escarp, un buen enlace en la cúpula del partido con el proyecto barcelonés de Jaume Collboni, que sufría mucho por sus expectativas municipales (y las de otros) con Navarro al frente del proyecto. Están ellos y dirigentes como Núria Parlon, que será la oficial número dos de Iceta, pero que, como dice un compañero de ejecutiva, «tanto de que vaya de 2 como que hubiera ido de 15, porque al final mandará igual de poco». Porque Iceta no se lo mirará desde arriba ni hará que otros tiren del carro por él. Pero se lo cobrará. Traducido: mandará él. No quiere ser un paréntesis.