El desgaste de Trump

Dicen los expertos que Donald Trump es el presidente de los Estados Unidos que ha iniciado su mandato con menos popularidad y el que la ha perdido más deprisa. La sombra del 'impeachment' planea des del inicio de su presidencia. Los vínculos de su candidatura con Rusia y sus maniobras para encubrirlos al llegar a la Casa Blanca hacen temer lo peor. Que acabará como acabó Richard Nixon, ahogado en su propia y permanente conspiración. La única duda es si los americanos llegarán a perdonar las mentiras del presidente como han tolerado las del candidato. Si llegara a producirse, estaríamos ante un verdadero cambio cultural en un país en el que la mentira está más castigada culturalmente que el robo o la infidelidad. La gran amenaza para Trump es que quienes más ganas le tienen son los que teóricamente le permiten gobernar: la mayoría republicana a la que despreció en todo el proceso de primarias y en toda la campaña electoral. 

Si Trump cayera sería peor noticia para el populismo que la derrota de Marine Le Pen. Cerrar el paso a los fascistas les victimiza y les da cuerda ante los electores. Mandar y fracasar, los inhabilita. Porque su fracaso no será atribuible a conspiración alguna ni a las malas artes de la casta en el poder. Trump puede acabar ahogado en sus propias mentiras como lo hizo Nigel Farage tras ganar el 'brexit' y negarse a gestionarlo. Lo peor de este tipo de procesos es que los elementos más putrefactos del sistema encuentran un argumento contra la regeneración. Y es esa falta de regeneración la que anima a los populistas como señala con acierto la nota de opinión que acaba de emitir el Cercle d'Economia. No son la tecnología digital ni las redes sociales. Eso son los instrumentos pero no los tractores. Trump caerá en su propio enredo, pero si republicanos y demócratas se limitan a volver a la situación anterior sin regenerarse la derrota del populismo será un simple paréntesis antes de su definitivo encumbramiento. Rajoy y el ganador de las primarias del PSOE deberían leer con mucho detenimiento lo que les propone el Cercle. Y aplicarlo con el mismo ahínco que lo hacen cuando les pide moderación.