Análisis

La derrota del referéndum

JOAQUIM COLL

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El gran derrotado fue Pablo Iglesias que aspiraba a destrozar a Pedro Sánchez e incluso soñaba con ser presidente. Ni 'sorpasso' en diputados (14 menos que el PSOE), ni en votos (Unidos Podemos y sus confluencias pierden más de un millón respecto a las elecciones del 20-D). Este estrepitoso fracaso significa también la derrota del referéndum, la bandera política que ese conglomerado de izquierdas había enarbolado para atraer a sectores tan diversos como contradictorios.

La promesa del referéndum, del derecho a decidir vagamente formulado, era una de sus señas de identidad frente al federalismo de los socialistas y al secesionismo impracticable de Esquerra Republicana y la CUP. Los resultados del pasado domingo son un baño de realidad. La lista de En Comú Podem aguanta el resultado que obtuvo el 20-D y mantiene el liderazgo en Catalunya en medio de un escenario fragmentado. Pero el sabor es amargo. En la coyuntura más favorable a sus intereses, con un independentismo desorientado y un PSC en horas bajas, los comunes han tocado techo. El fracaso salpica a Ada Colau, que es la alcadesa icónica y la jefa política de la formación. Su implicación en la campaña, compartiendo cartel junto a Iglesias y Xavier Domènech, ha sido muy notable.

LA TOZUDA REALIDAD

Descartada la promesa del referéndum pactado, el separatismo se reafirma en la ficción de la apuesta unilateral. Gabriel Rufián dice que España es irreformable y que Catalunya ha votado irse, pero los números dicen por segunda vez en apenas seis meses algo muy diferente: entre ERC y CDC solo han obtenido el 32% de los sufragios frente al 40,4% de los partidos netamente constitucionalistas.

En lugar de enfrentarse a la tozuda realidad electoral, el independentismo intentará horadar en las contradicciones de los comunes, de ese 24,5% que quería un referéndum pero sobre todo echar al PP. Con Mariano Rajoy seguramente de nuevo en la Moncloa, se esforzarán por atraerlos hacia alguna de las vías insurreccionales. De ese modo, el proceso continuará su infatigable labor. Puede que recobre nueva vida si logra escindir el conglomerado de los comunes.