A la derecha de Rajoy, solo la pared

"Los estrategas de Génova han desvelado en parte este verano el secreto de por qué el PP no pierde ni un solo voto por su flanco derecho"

Imagen de la pintada en la plaza de toros, divulgada por el Movimiento de Izquierda Alternativa (MIA) de Pinto este miércoles.

Imagen de la pintada en la plaza de toros, divulgada por el Movimiento de Izquierda Alternativa (MIA) de Pinto este miércoles. / periodico

ANDREU FARRÀS

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Si el aeropuerto que el idolatrado Pep Guardiola usaba antes con más frecuencia era el de El Prat, ahora, por razones obvias, es el de Múnich. Oficialmente, el hipernudo de comunicaciones de la capital de Baviera se denomina aeropuerto internacional Franz Josef Strauss, en honor de quien fue una de las figuras decisivas de la democracia cristiana alemana entre los años 60 y 90 del siglo pasado.

Strauss, un personaje tan carismático en Baviera como Pujol en Catalunya o Fraga en Galicia, era conocido por exhibir los modales de un carnicero --su padre lo fue-- y la intransigencia de sus convicciones. Presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) bávara entre 1961 y 1988, se le llegó a considerar como “el hombre fuerte de Europa”, porque su sostén era determinante para el canciller Helmut Kohl, de quien fue ministro del Interior. Ufano de que se le temiera como el mayor halcón de la política teutona, a Strauss se le atribuye la máxima popular “a la derecha de la CSU solo puede estar la pared”.

Como entonces, la CDU precisa ahora del apoyo de los bávaros de la CSU para que Merkel permanezca en el poder. A buen seguro, para la 'bundeskanzlerine' el rocoso Strauss es todo un referente. Pero a quien debe envidiar de verdad Merkel y otros líderes europeos conservadores es a Mariano Rajoy, al menos por su comodísima mayoría absoluta. Deben preguntarse todos estos estadistas de la democracia cristiana cuando se encuentran en las cumbres del Partido Popular Europeo por qué el PP español es de las pocas formaciones conservadoras que no tiene que competir con ninguna fuerza de extrema derecha para evitar que les arañe escaños.

A los conservadores griegos les hostiga el Amanecer Dorado; los franceses sufren pesadillas desde hace muchas elecciones por culpa de la familia Le Pen; los británicos rivalizan con los nacionalistas euroescépticos, que han inoculado el virus anti-UE hasta en las propias filas 'tories'; los holandeses, los flamencos, los daneses, los suecos, los alemanes, con sus partidos xenófobos y antimusulmanes... Todos padecen erosiones más o menos profundas en cada contienda electoral. Pero el PP español no. Quizá preguntan incluso a los sabios aznaristas de la FAES sobre las peculiaridades de este otro milagro español.

Algunas "anécdotas caniculares"

En realidad, todo es más sencillo de lo que parece. Tan solo hay que repasar los diarios de este último mes para entender qué ocurre. Léamos algunos titulares:

--Un 'cachorro' del PP catalán  propone la ilegalización de los partidos soberanistas; Ignacio Fuentes, presidente de NNGG de Sant Cugat del Vallès, sugiere que lo más oportuno sería ejecutar la orden durante la celebración de la Diada del Onze de Setembre.

--El PP deja sin sanción a cuatro militantes de Nuevas Generaciones de Valencia que se fotografiaron exhibiendo símbolos preconstitucionales y saludos fascistas.

--El alcalde de Callosa de Segura (Alicante), Javier Pérez Trigueros, ha colgado en su página de Facebook un montaje en el que aparece la <strong>Legión </strong>desfilando en <strong>Gibraltar</strong>, bajo un cielo cubierto por aviones militares que deja una estela rojigualda y junto a la inconfundible silueta del toro de Osborne (empresa propietaria, por cierto, del catalanísimo licor Aromes de Montserrat).

--Otro alcalde del PP, Manuel González Capón, primer edil de Baralla (Lugo), puso el nombre de '<strong>Cara al sol'</strong> a un premio en un concurso de meriendas campestres. Capón se dio a conocer en toda España a finales de julio porque en un pleno municipal afirmó que si hubo condenados a muerte durante el franquismo por razones políticas fue “porque se lo merecían”.

--“Adolf Hitler tenía razón”. Así provocaba la pintada que ocupó casi toda la altura de la barrera de la plaza de toros de Pinto (Madrid) y que permaneció sin mácula durante el encierro que se celebró a mediados de agosto con motivo de las fiestas patronales. La alcaldesa, Miriam Rabaneda, también del PP, expresó su “absoluta repulsa”, si bien no borró la frase ni la efigie del 'führer' ni la esvástica hasta bastantes horas después del encierro.

En la Alemania de Merkel y otros países de nuestro entorno democrático, los autores de esta gamberrada serían perseguidos, multados y quizá encarcelados.

Pero Merkel no goza de la mayoría absoluta de Rajoy. 'Spain is diferent, mein Frau'. Todas las encuestas detectan una considerable sangría de votos del PP. No obstante, continúa siendo el partido más respaldado. Al no criticar ni reprender ni sancionar ni expulsar a ninguno de los protagonistas de las “anécdotas caniculares” arriba mencionadas, los estrategas de Génova desvelan en parte el secreto de por qué el PP no pierde ni un solo voto por su flanco derecho. Y en Berlín y Múnich alaban a Rajoy. Aunque tiene su país hecho unos zorros, ha aplicado a la perfección la orden de Strauss: a su derecha, solo queda la pared.