La derecha miedosa

Rueda de prensa de la vicesecretaria de estudios y programa del PP  Andrea Levy

Rueda de prensa de la vicesecretaria de estudios y programa del PP Andrea Levy / periodico

ALBERT SÁEZ

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Como ha escrito Anton LosadaMariano Rajoy sigue fiel a su máxima de que el tiempo es poder. Para demostar que manda y mandará nos ha dejado en ascuas en pleno puente de agosto haciendo ver que deshoja la margarita de las condiciones del pacto que le ofreció Albert Rivera. Como ha dicho el líder de Ciudadanos, sería la repanocha que el PP bloqueara la investidura de Rajoy. Seguro que a Aznar y a otros muchos les haría una cierta ilusión, pero es difícil de imaginar que el comité ejecutivo le lleve la contraria al jefe. Tan decisivo es este organismo que muchos ni siquiera sabían que existía y algunos de sus miembros llevan meses sin asistir y no ha pasado nada. Hay que suponer que Rajoy pondrá algún pero a las condiciones de Rivera. El partido de los abogados del Estado definirá su posición tras recibir un informe jurídico. Pasan los años y seguimos inmersos en la tecnocracia del Gobierno del Plan de Estabilización que culminó su trabajo con la célebre fórmula de Torcuato Fernández Miranda: "de la ley a la ley pasando por la ley". Así que el precio para hacer "legal" la democracia fue "legalizar" al franquismo. El PP sigue queriendo representar y representa a esa derecha miedosa, que confía más en el BOE que en su capacidad de defender ideas, de competir en mercados abiertos o de negociar con los diferentes.

El artefacto preferido para inocularnos a todos su miedo sigue siendo el mismo de hace 80 años: hacernos sucumbir a nuestros propios fantasmas. La posibilidad de que el pacto con Ciudadanos impulse una reforma constitucional ha servido a Andrea Levy de excusa para recordar que se podría aprovechar para abrir otros debates como el de monarquía o república. Antes de reformar, hay que saber con qué finalidad, ha rematado la dirigente popular. Vistas así las cosas, la democracia pierde casi toda su gracia porque se reduce puramente a un conjunto de procedimientos para ejecutar lo acordado entre unos pocos. De nuevo. su miedo a nosotros mismos, él mismo que utilizaron en la Transición, en el 23-F o en el 11-M. Con resultados desiguales. Pero no queremos su miedo