La clave

Democracia y/o mercado

El lunes muchos olvidarán, según como vayan las cosas, que el referéndum lo convocaron Tsipras y Syriza

ALBERT SÁEZ

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Convertir el referéndum griego en un partido de fútbol (#yovoyconGrecia) conlleva un sinfín de simplificaciones. Una de las más habituales es entender que se trata de un pulso entre la democracia y los mercados. A menudo algunos no piensan las consecuencias de lo que dicen. ¿Serán capaces en el caso de una victoria del  de concluir que en Grecia mandan los mercados? El tacticismo ideológico conlleva una desmemoria sistemática. De manera que el lunes muchos olvidarán, según como vayan las cosas, que el referéndum lo convocaron Tsipras y Syriza.

En filosofía se utiliza un palabro muy sugerente para entender nuestro tiempo: la cosificación. Se trata de convertir los conjuntos formados por sujetos en objetos impersonales. Estos días, unos y otros, manejan a los griegos a su antojo, como si fueran una masa compacta y despersonalizada. Lo hacen quienes les quieren manipular pero también quienes aparentemente pretenden redimirlos. Grecia es la primera trinchera de la revuelta global, dicen.

La banca ética

El punto débil del montaje se encuentra en los apriorismos que lo sustentan: ¿es menos democracia Alemania que Grecia? «Grecia es una democracia y Alemania, no» escribió el jueves un espectador del programa .Cat de TV-3. O sea, la democracia existe donde ganan los que piensan como yo. De lo cual se infiere que cuando no ganan los míos, ganan los mercados.

Para desmontar la cosificación de los mercados, lo mejor es acudir al movimiento de la banca ética que lleva años advirtiendo de que una parte no menor de los mercados somos nosotros, con nuestros planes de pensiones que se diluyen en los fondos buitre, con nuestras supercuentas bancarias retribuidas por encima de los intereses que paga el BCE,.. No somos culpables de nada pero sí algo responsables.

Joseph Stiglitz, cuando se dedica a la economía y no a la política, lo explicó en su magnífico libro sobre la globalizaciónel problema no son los mercados sino los mercados desregulados y el problema no es el libre mercado sino comerciar con dictaduras como Rusia o China.