tú y yo somos tres

Del pie de Sira al ojo de Rajoy

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Muy bien arropada por la cadena, haciendo sinergia en todos los programas, acabó en olor de multitud El tiempo entre costuras (A-3 TV). Ha sido una serie excelente. Marcará época por la calidad conseguida. Y del último capítulo quisiera destacar la escena del pie. ¡Ahh! Resulta que Sira, huyendo de Portugal, se tuerce un tobillo. Y al llegar a su piso de Madrid, renqueante y dolorida, su pollastre Marcus Logan le dice «¿Me permites el pie?», y allí comienza una escena deliciosa, ella con la pierna extendida y el pie desnudo, y él dándole un masaje delicado, acariciándole el tobillo, el empeine y los deditos, y claro, de tanto frotar y frotar sube la temperatura y acaban gloriosamente machihembrados en la alcoba adjunta. ¡Ahh! Entronca esta secuencia con los grandes momentos fetichistas que el cine ha dedicado a los pies de gloriosas protagonistas. Desde aquella morbosa filigrana que realizó Luis Buñuel sobre Jeanne Moreau en Le journal d'une femme de chambre, hasta la sugestiva obsesión de Quentin Tarantino chupando los deditos de Salma Hayek mojados en  tequila (Abierto hasta el amanecer). ¡Ahh! Este guiño a los clásicos del fetichismo cinematográfico ha sido otro acierto de El tiempo entre costuras.

EL OJO DE RAJOY, FETICHISMO A LA INVERSA .- Lo que ha ocurrido con el ojo de Rajoy en la entrevista que le hizo Gloria Lomana en A-3 TV es otro fetichismo distinto del que nos ha deparado el piececito de Sira. Dado que muchos mordedores y humoristas (desde Wyoming a Buenafuente) llevan tiempo señalando con fruición y cachondeo que a Rajoy siempre le delata un tic, un incómodo movimiento involuntario que le cierra intermitentemente su párpado izquierdo, en esta entrevista han ideado un sistema para mitigar este engorroso espasmo. La cámara que le correspondía la situaron enfocándole de semiperfil, de modo que en primer término estaba siempre su ojo derecho, mientras que el izquierdo se perdía en segundo plano, y además en un ingenioso ángulo que le hacía coincidir la montura de las gafas con el párpado, tapándolo. La colocación de esta cámara ha sido un ejemplo de precisión para evitar que veamos el tic. Pero no sufran los humoristas: Rajoy, sin pretenderlo, les ha servido un gag impagable. Fue cuando Gloria Lomana le pregunto por el Rey. Contestó: «¡Está siempre al pie de cañón!». ¡Ahh!  Cuando oyen que se asocia Rey con cañón, los elefantes tiemblan.