Editorial

Del automóvil al Automobile

El salón centenario se adapta a las necesidades del sector y a los nuevos valores de la marca Barcelona

Coche de Tesla en el Salón Automobile Barcelona.

Coche de Tesla en el Salón Automobile Barcelona. / periodico

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A punto de celebrar su centenario, el Salón del Automóvil de Barcelona se reinventa en el Automobile Barcelona. Este aparente juego de palabras esconde una auténtica transformación estratégica de gran calado. En primer lugar, evidencia que el certamen barcelonés trabaja codo con codo con la industria. El gran vector de la innovación en la industria del automóvil empieza a ser la conectividad, que todos los actores del sector identifican como el principal elemento de competitividad a medio y largo plazo. En segundo lugar, los organizadores y Fira de Barcelona dan una nueva lección de capacidad de reposicionamiento de los grandes salones. La clave es la especialización, porque la simple exposición reiterativa de las novedades sectoriales ha quedado obsoleta en un mundo hiperconectado y globalizado. Y por último, resulta una estrategia sumamente inteligente la creación de sinergias entre salones de larga tradición como el del Automóvil y éxitos recientes como el Mobile World Congress. Que Barcelona se identifique como una marca de salones y congresos asociados a conceptos clave de la era digital como la conectividad y la comunicación móvil es algo más que una suma, es una multiplicación.

Las novedades que se podrán ver estos días en Barcelona y las aportaciones que se podrán escuchar en el Connected Hub dejan claramente en evidencia que las grandes marcas automovilísticas están plenamente lanzadas a su definitiva transformación digital. Los coches quieren seguir siendo el epicentro de la gran industria, pero tienen claro que para continuar ejerciendo ese liderazgo han de adaptarse no solo a la nueva tecnología sino a la nueva mentalidad. La conectividad, la conducción automática, las energías sostenibles y la usabilidad son las claves de la nueva industria del automóvil, lejos de valores más arcaicos como la velocidad, la potencia, la aerodinámica o la espectacularidad. Siguen ahí, pero en un segundo plano, porque no son ahora la primera demanda de los compradores.

Finalmente, la buena salud del Automobile Barcelona refleja el buen momento que viven las plantas de fabricación del sector en Catalunya y en el conjunto de España gracias a la capacidad de negociación y de acuerdo tanto de los sindicatos como de las organizaciones patronales.