Dejemos el Zoo tal cual

Pero sin animales. Esta sería la mejor alternativa para el zoo de Barcelona. Dejarlo todo tal cual, pero paseando libremente por las actuales instalaciones de los animales.

El propio Jordi Sabater Pi, el etólogo descubridor de Copito de Nieve, llegó a decir que un día juzgarían a la humanidad por enjaular gorilas. Ciertamente, un zoo no tiene ya mucho sentido en una urbe del siglo XXI. Y menos con unas instalaciones tan precarias. La creciente sensibilidad por todo ser vivo hace cada vez más injustificable su encierro para disfrute nuestro. No debemos renegar del carácter pedagógico y científico que estas instalaciones han jugado históricamente. Pero merecen otras cualidades que aquí no caben, una alternativa integral y decente.

¿Eres partidario de cerrar el Zoo de Barcelona?

Si observamos actualmente el parque de la Ciutadella veremos cuán absurda resulta su actual partición, mitad jardín y mitad zoo, ¡con un parlamento en medio!

Si de algo adolece Barcelona, tan pródiga en récords, es de una ratio aceptable de zona verde por habitante. Somos el hazmerreír europeo. Y la Ciutadella es el único reducto verde del centro de la ciudad, la zona más densificada. Basta ir un fin de semana para darse cuenta de su desbordante uso intensivo. Es urgente ampliarlo. Y bastaría derribar una valla para poder disfrutar de las 13 hectáreas del Zoo. Sería interesante mantener su tipología, al igual que se hace con una antigua fábrica o una plaza de toros. Son arquitecturas singulares, irrepetibles, fruto de una época y que vale la pena preservar. Los actuales habitáculos de animales, con una sencilla adecuación podrían ser visitables. Instructivos a la vez que divertidos. Y enlazar el Born con la Vila Olímpica por fin.

Nunca un proyecto urbanístico barcelonés estuvo tan claro, fue tan necesario y saldría tan barato. Por eso no se hará.