Déficit, líneas rojas y la CUP

No quiero sustos ni aspavientos, pero hay determinadas cosas que en muy poco tiempo han dejado de ser certezas absolutas.

Líneas rojas. Cuando alguien dice en campaña electoral o al inicio de las negociaciones para formar un Gobierno que hay líneas rojas que no van a cruzarse en ningún caso, no se fíen del todo. Hemos tenido líneas rojísimas e infranqueables que lentamente se han ido difuminando hasta desaparecer. Intuíamos que tal proceso decolorativo podía producirse, pero con lo de Podemos y el referéndum de Catalunya ha quedado clarito. La línea roja ha quedado en charlitas del tupperreferéndum Iceta-Domènech.

El Parlament no desobedecerá (for the moment ¿Recuerdan?: "Este Parlament y el proceso de desconexión democrática no se supeditará a las decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional, al que considera deslegitimado y sin competencia". Junts pel Sí se raja de lo prometido, y la CUP no quiere ser un comparsa como ERC. Después de que ERC lleve años apoyando y prestando expertos a CiU para crear supuestas estructuras de Estado, ahora resulta que tenemos menos "Hacienda propia" que Murcia. Vistos los precedentes, la CUP pide a Junts pel Sí que ponga plazos a sus promesas. No quiere ser una ERC-2, ni dejar solos a sus alcaldes.

Las cifras del déficit público son comedia. Ciencia ficción, vamos. Rajoy y sus mariachis (no digo Montoro porque trae mal fario) nos han mentido a conciencia cuando han dicho por activa y por pasiva que íbamos a conseguir cumplir el déficit. Bajaron electoralmente los impuestos contra el dictamen de los organismos europeos y ahora el taciturno deja una herencia fantástica: 25.000 millones de ajuste obligado. Montoro (glups) saca el látigo contra las autonomías. Me ha gustado la imagen de que saca el revólver cuando ya no tiene munición. Europa nos va a dar la del pulpo. Tenemos un Gobierno en dis-funciones que recoge lo que sembró.

La política cede ante la sinceridad. Rodríguez Ibarra: "Necesitamos a Catalunya porque tiene una renta más alta que el resto". ¡Cuánto amor! Y dicen que somos peseteros.

El sentido común se tambalea. 250 lingüistas reclaman que en una Catalunya independiente el catalán sea la única lengua oficial. Vamos, que, para los lingüistas radicales, los de Esquerra, los de Convergència y los de Súmate son unos botiflers idiomáticos.

Puede que el RACC ya no sea lo que era. A una familia de Canet de Mar se le incendia la casa y el seguro no les cubre. Al disgusto por el siniestro se añade en este caso que el RACC, que es la compañía aseguradora, dice que no paga ni un duro. Debe ser un error. Veremos.