LA CLAVE

Declaración (de guerra) de Aguirre

Lamentablemente, los madrileños no sabrán antes de acudir a las urnas si Aguirre ha sido objeto de una conspiración o artífice de una cortina de humo

ENRIC HERNÀNDEZ

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La difusión de una declaración de la renta de Esperanza Aguirre ha desencadenado otra tormenta en las filas populares. Todo indicaba que la polémica iba a centrarse en los ingresos que percibió en el 2013, que ascendieron a la friolera de 382.000 euros brutos: 369.000 procedentes de la empresa catalana de cazatalentos que la fichó como trabajadora autónoma, 8.000 por tres meses de contrato en el gubernamental Instituto de Turismo de España y otros 5.000 por un artículo de dos folios, publicado y galardonado por el mismo diario madrileño, cuya principal conclusión es que el toro es "el animal más bonito del mundo". Pero, con la astucia que la caracteriza, la alcaldable y líder del PP de Madrid le ha dado la vuelta a la tortilla y, presentándose como víctima de una traición interna, ha entablado una guerra con el Gobierno del PP a cuenta de esta filtración.

Aguirre ha denunciado ante la fiscalía a la Agencia Tributaria por la divulgación de su declaración, confidencial por ley, trasladando al ministro Cristóbal Montoro la carga de la prueba. "Ya está tardando en dar con el fliltrador", retó el viernes a su compañero de partido. Pero las pesquisas iniciales de Hacienda excluyen la vulneración en la custodia de sus datos fiscales, y fuentes oficiales apuntan al entorno de la alcaldable como fuente de la filtración.

Por proceder de una exministra, expresidenta autonómica y posible alcaldesa del PP, esta denuncia inflige un severo daño a la reputación de la Agencia Tributaria, justo cuando los contribuyentes estamos llamados a presentar nuestras declaraciones del IRPF. Tanto daño como la divulgación de la declaración del impuesto de sociedades de Juan Carlos Monedero (Podemos),  filtración igualmente grave de datos confidenciales que Aguirre, lejos de criticar, jaleó como una "exclusiva". Y que, por cierto, empujó a Monedero a dejar la política.

El mal ya está hecho

Lamentablemente, los madrileños no sabrán, antes de acudir hoy a las urnas, si la candidata del PP ha sido objeto de una conspiración o artífice de una cortina de humo para desviar la atención acerca de sus ingentes emolumentos.  El mal, en cualquier caso, ya está hecho.