UNA MEDIDA EN CUESTIÓN

El debate inacabable del cambio de hora

Lo que es determinante es la luz porque no es lo mismo levantarse cuando aún es oscuro o irse a dormir cuando todavía es de día

'La persistencia de la memoria' o 'Los relojes blandos', de Salvador Dalí (1931).

'La persistencia de la memoria' o 'Los relojes blandos', de Salvador Dalí (1931). / periodico

FABIAN MOHEDANO

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Llegar otoño y aparece uno de los debates clásicos, la conveniencia o no de suprimir el cambio de hora. Este año especialmente ha cogido más vuelo a partir de la declaración del Parlamento balear -a instancia de Iles amb Claror liderada por Miquel Pou- de solicitar por unanimidad mantener la hora de verano todo el año y por lo tanto situar las Baleares en el GMT + 2, es decir el horario de Finlandia, Países Bálticos, Grecia o Israel. La Comunidad Valenciana también se ha sumado a la petición.

Illes amb Claror y la Iniciativa para la Reforma Horaria tienen varias cosas en común, como el hecho de que son movimientos sociales que han logrado garantizar una transversalidad casi imposible en temas de relevancia y que comparten preocupación por buscar unos horarios más humanos que permitan alcanzar más altas cuotas de bienestar.

Ambas asociaciones solicitan a las instancias europeas la supresión del cambio de hora verano y de invierno. La vida en los hogares y en general en las ciudades y la actividad productiva poco tiene que ver con la de hace unas décadas, cuando el ahorro podía ser relevante, y menos con la vida de hace dos siglos cuando Benjamin Franklin en unos de sus viajes en Europa sugiere la medida.

AHORRO ESCASO

Los datos que ofrece el Institut Català d'Energia no aportan ninguna duda: el ahorro cada vez es más escaso. Ahora mismo estaríamos hablando de dos o tres euros por familia. La cancillera Angela Merkel lo lleva en el programa electoral de la CDU. Por tanto, es posible que pronto le explicamos a nuestros nietos que cuando eran las tres volvían a ser las dos y bailaban una hora más en la discoteca, o viceversa.

La propuesta de Illes amb Claror va más allá y propone un cambio de zona horaria. De hecho, lo que persiguen es ensanchar las horas de luz por la noche, buscando el mismo efecto existente en Galicia actualmente, que a las 22.30 todavía es de día en verano. Aparte del reclamo de más horas de luz por la tarde, argumentan que un zona turística como es su caso, con más horas de luz, aumentaría la demanda.

Las horas son las que son y el valor numérico que le damos no es relevante. Podemos decir que es la una, cuando sabemos que en realidad son las doce (hora solar). De hecho, esto ocurría en los años 40 o 50, cuando se hablaba de la hora vieja, justo después de situar a España en GMT + 1. En cambio, sí es  determinante la luz que hay, es decir, no es lo mismo levantarse cuando todavía es oscuro o irse a dormir cuando aún es de día.

EL PAPEL DE LA LUZ

Trinidad Cambras, profesora de la UB y de cronobiología, alerta de que no se puede infravalorar el papel de la luz, ya que la luz por la mañana es muy importante para el mantenimiento de los ritmos (horarios) de nuestro cuerpo. Recomienda que los niños deben ir iluminados a la escuela (o los adultos hacia el trabajo). Es decir, que en la medida de lo posible, deberíamos estar un tiempo recibiendo luz, por el hecho de ir caminando a la escuela / trabajo, o incluso como demuestran otros proyectos pilotos que se han impulsado en varias escuelas de Europa, empezar la jornada con un rato en el patio. Cambras cree que el horario más óptimo, según varios estudios que demuestran el desajuste en individuos en el horario de verano, es el horario de invierno GMT + 1.

El debate no acabará aquí, nos volvemos a encontrar la última semana de marzo, será justo cuando daremos la bienvenida a la primavera y aquella noche maldeciremos el cambio: dormiremos una menos.