De nuestra propia vida

El catedrático de neurología de la Universidad de Nueva York Oliver Sacks, autor de libros como 'Despertares' y 'El hombre que confundió a su mujer con un sombrero', acaba de anunciar que sabe que se está muriendo. Y que va a ocurrir pronto. Tomando prestado el título al filósofo David Hume, Sacks ha publicado en el 'New York Times' para explicarlo 'De mi propia vida',  'un articulo breve, sencillo y conmovedor. Como la vida misma.

Con total serenidad, Sacks cuenta su plan de acción hasta que llegue el desenlace. «Los meses que me quedan tengo que vivirlos de la manera más rica, intensa y productiva que pueda». Quiere estrechar amistades, despedirse bien, escribir más, viajar si puede y seguir aprendiendo. Sabe que debe ser audaz, claro y directo. Ha tomado consciencia del momento y se siente centrado. Asegura tener mayor perspectiva y clarividencia. Quiere tratar de arreglar sus cuentas con el mundo, pero también de divertirse sin descartar hacer alguna estupidez. Lo que tiene claro es que no cuenta con mucho tiempo para hacer nada que resulte superfluo.

No sé a ustedes pero a mi me parece que Oliver Sacks nos está haciendo a todos un gran regalo. Porque está hablando de nosotros. De los mismos que nos perdemos en bobadas, en debates y polémicas absurdas, de los que somos capaces de no dar valor a nuestros días. De los que vivimos de espaldas a la muerte.

Sacks no solo la mira, sino que viéndola de frente, asegura que se siente increíblemente vivo. ¿Cómo serían nuestros días si los viviéramos de la manera más rica, intensa y productiva posible?

Pasión y compromiso

El prestigioso neurólogo ha decidido dejar de ver el informativo de televisión todas las noches. Y de prestar atención a la política y a los debates sobre el calentamiento global. Y eso que hasta la semana pasada le interesaban, pero ahora sabe que son cosas para un futuro que no vivirá. Ahora bien, ¿qué pasaría si los informativos hablasen solo de lo esencial? De lo que realmente está cambiando el mundo: de avances científicos comprobables, por ejemplo, y no de cuentos de la lechera o futuribles inconcretos para que las farmacéuticas inflen sus cotizaciones bursátiles. ¿O si hablasen de la política y economía posibles sin concesiones para la propaganda ni para el teatro? ¿No están hartos de las falsas promesas de cambio? ¿Del teatro griego y del europeo?

Oliver Sacks somos todos nosotros si tomamos consciencia de nosotros mismos. Nosotros, si vivimos desde la esencia. Con vitalidad y exigencia. Con pasión y compromiso. Con humildad y sin artificio. Gozando de la vida viendo a la muerte tan de cerca. Gracias, Oliver Sacks, por el recordatorio. Gracias por ayudarnos a despertar, cuando tus luces se apagan.