GEOMETRÍA VARIABLE

De la independencia a la ingobernabilidad

CiU y ERC pierden la mayoría absoluta y la famosa 'gran coalición' sociovergente es ya un imposible

JOAN TAPIA

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La primera conclusión de la relevante encuesta que ayer publicó EL PERIÓDICO indica que la actual mayoría parlamentaria CiU-ERC, que dirige el llamado 'procés' desde las elecciones del 2012, experimenta un notable retroceso y perdería su condición de mayoría. Se quedaría -en la mejor hipótesis y si CiU siguiera unida- en 60 diputados y le faltarían ocho para alcanzar la mayoría absoluta (ahora tiene 71 y le sobran tres). Es el dato capital e indica que el 'procés' retrocede. ¿Se trata solo de una 'hora valle' o es una tendencia de fondo? Lo único claro es que el soberanismo ha perdido ímpetu por las continuas divergencias estratégicas entre Artur MasOriol Junqueras y Duran Lleida así como por el gran escándalo de la familia Pujol y sus pintorescas comparecencias.

La segunda conclusión es el fuerte descenso de CiU, que sigue siendo la primera fuerza pero que baja de 50 diputados (eran 62 cuando Mas ganó en el 2010) a solo 31 o 32. La gran pregunta es si es por la gestión de la crisis y la erosión de los partidos tradicionales o por la hoja de ruta independentista por lo que pierde casi la mitad de los diputados que obtuvo en el 2010.

Por su parte, Esquerra mejora los resultados del 2012 y Oriol Junqueras saca mejor valoración que Artur Mas (mal dato para el 'partit del president') pero pierde impulso respecto a encuestas anteriores que la situaban como primera fuerza. E incluso con sus 27-28 diputados ve amenazada su posición por el impresionante ascenso de Ciutadans, que saca 23 o 24 diputados frente a los 9 actuales.

La tercera es que, pese al declive de CiU y ERC, no existe una mayoría alternativa, ya que la suma de CiU, ERC y la CUP sí logra una raspada mayoría absoluta (de 69 o 70 diputados) gracias al ascenso de la candidatura anticapitalista, que pasa de 3 a 9 escaños.

La cuarta es que, además de no sumar mayoría, las fuerzas no independentistas (Ciutadans, Podem, PP, PSC e ICV) constituyen un conglomerado demasiado dispar política e ideológicamente para articular cualquier recambio político.

Y de todos ellos, el que pierde más fuerza es el PSC, el otro partido tradicional de Catalunya junto a CiU, que se podría quedar con 11 diputados frente a los 20 actuales. La fuerte erosión de los socialistas catalanes -pese a la combatividad de Miquel Iceta- y la de CiU (con amenaza de ruptura) conllevarían un auténtico terremoto en la política catalana. No solo el bloque formado por CiU y ERC perdería la mayoría (juntas obtienen su peor resultado desde 1984) sino que la tan imaginada y nunca realizada 'gran coalición' sería ya imposible, porque se quedaría a 25 escaños de la mayoría absoluta, nada menos.

Simplificando, se podría decir que CiU ha sido la gran víctima de la crisis y del 'procés', pero que el PSC paga el desgaste del tripartito, el desgarro interno provocado por la oleada independentista y la reacción de Zapatero ante la crisis. Claro que un descenso del suflé independentista y la nueva dinámica que Pedro Sánchez ha imprimido al PSOE podrían inflexionar al alza estos resultados.

La conclusión final es que en Catalunya hay una fuerte y clara pulsión de protesta que va primero a Ciutadans (cansancio del independentismo) y luego hacia Podem y la CUP (consecuencia de la crisis). En encuestas anteriores, Podem era más fuerte y Ciutadans, más débil. El resultado es una Catalunya políticamente muy fragmentada, con gran volatilidad y con un fuerte problema de gobernabilidad. Ahora bajan los riesgos del choque con España por la independencia pero suben mucho los de la ingobernabilidad.

La resultante final no es nada alentadora ni para Catalunya ni para España y Mas y Rajoy, los que han mandado últimamente, deberían hacer un severo examen de conciencia.