LITERATURA Y MUJERES

El cuento de amor

Las historias de mujeres desesperadas en busca del amor aún son superventas

Expositor de una librería de Manlleu (Osona) en un día de Sant Jordi.

Expositor de una librería de Manlleu (Osona) en un día de Sant Jordi. / periodico

EMMA RIVEROLA

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Hay cierta literatura dirigida especialmente a mujeres, escrita por mujeres y con mujeres como protagonistas. Mujeres de todas las edades, generalmente profesionales, con unas vidas más o menos acomodadas, pero con una única obsesión: encontrar al hombre que las ame. La mayoría de los relatos utilizan el humor para diferenciarse de las tradicionales novelas rosas y abundan los finales felices. Esos hombres que, finalmente, caen rendidos ante la protagonista y le juran un amor eterno y una clara indiferencia hacia sus kilos o arrugas. Esta última declaración acostumbra a hacerse de una manera explícita, como si hiciera falta redundar en la autoestima femenina más allá de su físico. 

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Lo cierto es que esas novelas triunfan. Algunas arrasan. Y no dejan de ser un reflejo de cierto modo de ver el mundo que aún prevalece. Desde equiparar la soledad femenina al fracaso hasta cierta programación de serie para gustarnos a través de las miradas de los hombres. Sentimientos que traspasan el terreno amoroso y condicionan nuestra forma de relacionarnos en la sociedad.

ROLES DE GÉNERO

Hay un choque cultural entre la proyección que las mujeres quieren (y muchas han conseguido) para sus vidas y las servidumbres que la educación nos depara en las relaciones amorosas. Y no siempre se resuelve el desajuste sin sufrimiento. Hombres y mujeres se enamoran, pero lo hacen de modo distinto y los roles de género también influyen en el tipo de deseo

Tradicionalmente, se ha reservado al hombre la preferencia por el amor liviano, sin urgencias para el compromiso y con escasa implicación emocional. Por el contrario, las mujeres han sido las víctimas de los príncipes azules y de la necesidad de buscar un amor refugio para toda la vida. Pero la realidad poco tiene que ver con los cuentos de antaño. 

Hay un cambio de paradigma social que también afecta al modo de relacionarnos. Los hombres y las mujeres evolucionamos, pero las necesidades emocionales no van al mismo ritmo. Mientras, las historias de mujeres desesperadas en busca del amor aún son superventas. 

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