Cuenta atrás en la BWR

«Ya queda menos, ya queda menos». Gerard [Marín] y yo nos animamos con esta frase en estos días de navegación de ceñida. Tenemos el viento de cara y esto significa que el avance es bastante penoso, por lento -difícilmente superamos los 11 nudos-, por incómodo y porque no hacemos rumbo directo hacia el estrecho de Gibraltar, nuestro próximo objetivo.

No es fácil gestionar esta última semana. Por un lado están las ganas de llegar tras más de 86 días en el mar (arrastramos mucho cansancio acumulado). Luego, la situación meteorológica, que no nos da opciones tácticas para intentar recortar millas al Neutrogena. Vamos con rumbos parecidos, velocidades parejas… Parece como si estuviéramos en un atasco, avanzando lentamente, uno tras otro. Y para acabar la incomodidad: la proa del Gaes va arriba, abajo, arriba, abajo, arriba, abajo golpeando cada ola… dando pantocazos. Uno de ellos, especialmente fuerte, me sorprendió hace unos días y me hizo volar por los aires, con tan mala pata que al caer tenía la pierna del revés. ¡Qué dolor! Contactamos con el servicio médico de la clínica Quirón-Teknon que tenemos a nuestra disposición y según la doctora Gualis tengo, muy probablemente, una distensión de ligamento en la rodilla. Me ha prescrito frío, antiinflamatorios y reposo. Gerard me inmovilizó la rodilla con un perfecto entablillado y queda al mando por ahora. Haré caso a la doctora, quiero recuperarme pronto para poder saltar en la llegada.

Leyendas de la vela

Hemos dividido el regreso a Barcelona por etapas. Tras superar Canarias, será el turno del siempre temido estrecho y, finalmente, la llegada a Barcelona. Las últimas 700 millas de la regata en el Mediterráneo, con tráfico marítimo, vientos traicioneros y más de 23.000 millas a nuestras espaldas, no serán sencillas. No será el momento de bajar la guardia.

Sobre la victoria del Cheminées Poujoulat, que llegó el pasado miércoles, no podemos hacer más que quitarnos el sombrero y admirar a estos dos maestros. Todos sabemos que Jean Le Cam y Bernard Stamm son unas leyendas de la vela oceánica, pero una vez más lo han demostrado y nosotros nos alegramos mucho. Han hecho una regata coherente, prudente y acertada. Algunos dirán que han tenido suerte, pero la suerte aparece cuando uno está preparado y en el lugar adecuado. La persistencia, esfuerzo y constancia en el propósito es el secreto de su éxito.

Buenos navegantes y muy buena gente, nunca nos han fallado cuando les hemos pedido algún consejo (y créedme que lo hemos hecho). Esto es lo que hace grande a nuestro deporte. La solidaridad entre los regatistas oponentes es muy importante, ya que todos luchamos contra un rival mucho más poderoso, la naturaleza. Y aunque es cierto que nadie regala nada al resto, existe un gran respeto entre todos nosotros e intentamos ayudarnos en caso necesario. Jean y Bernard han sido los grandes líderes de esta Barcelona World Race y en el Gaes lo celebramos por ellos. ¡Chapeau!