Cubitos

Entre las múltiples tonterías que estos días veraniegos sufrimos por tierra, mar y aire, no es de las más inocuas el éxito de este invento conocido como Iced Bucket Challenge, la moda de echarse encima un cubo lleno de cubitos o de agua helada para luchar contra la enfermedad degenerativa conocida como ELA.

La idea originaria no parecía mala: o pagas o te duchas. Muy al estilo americano, mucho reto de medio pelo, pero con el detalle de que al menos servía para recaudar dinero para la investigación científica. Si elegías pagar, no te duchabas, porque ducharse así no le hace gracia a nadie. La cosa ha derivado hacia el espectáculo y se ha convertido en un me ducho y, si me acuerdo, también pagaré. El resto ya es bastante conocido. Proliferación de imágenes de famosos con el cubo por encima y con gritos estentóreos provocados por la repentina aparición del hielo. Y poco más. La lucha contra la ELA, aunque quizá sale mínimamente beneficiada, se diluye.

Suerte que todavía hay gente cuerda, como el actor británico Patrick Stewart, el capitán Jean-Luc Picard de Star Trek y el profesor Xavier de X-Men. Con un cubo lleno de hielo sobre la mesa, Stewart primero firma un talón y a continuación  lo enseña a la cámara. Después coge unas pinzas, deposita los cubitos en un vaso Riedel de boca ancha y derrama sobre ellos un buen chorro de whisky. El mejor final, sin duda, para la vida de un cubito que, sobre todo, ha sido creado con esta idea tan civilizada.