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Cuanto más cambio, mejor

XAVIER BRU DE SALA

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Iceta y Sánchez-Camacho comparten un problema. Sus partidos son los únicos que no son percibidos como factores de cambio. Los demás, todos, de C's a la CUP, sí son percibidos como tales, en mayor o menor grado, pero PSC y PP no. El no-cambio les ha costado mucho en las municipales (maquillado en el caso del PSC por sus alcaldes). Según las previsiones, el no-cambio tendrá un coste superior en las elecciones del 27-S. Si el PP ya está acostumbrado a los malos resultados en Catalunya, para el PSC es mucho más grave, puesto que viene de tener dos presidentes. En Barcelona, el PP, ya sin voto oculto, pasa de 9 concejales a 3. Según el sondeo de EL PERIÓDICO, los populares también perderán dos tercios de sus escaños en el Parlament (de 19 a 6 o 7). Al PP no le viene de ahí. Pero que el PSC pierda más de la mitad de los ya exiguos 11 ediles en Barcelona y que, en la misma línea y según el mismo sondeo, vaya a pasar de 20 escaños a menos de 10 en el Parlament, equivale a pasar del desastre a la catástrofe.

En el bloque contrario al derecho a decidir la bajada de PSC y PP no se compensa con el ascenso previsto de Ciutadans. A pesar de que C's doblaría, el bloque pierde unos 10 escaños y quedaría más cerca de la cuarta parte del Parlament que de la tercera. C's apenas compensa la bajada del PP, de forma que las pérdidas de los socialistas abandonan el constitucionalismo a favor del derecho a decidir. C's es percibido en Catalunya como fuerza todavía nueva, portadora de un cambio de estilo y mucho más coherente que el PP en su posición contraria a todo catalanismo. De esto crece C's, pero de manera limitada, y todavía le podría ir menos bien si parte de sus electores potenciales descubren que Rivera y los suyos también son contrarios al cambio social.

Si las tendencias no cambian en tres meses, y cuesta muchísimo de creer, la cifra de diputados del Parlament partidarios de cambios sustanciales, en el eje nacional, en el social o en los dos, se acercará a los 100 de un total de 135. No es un bloque ni de lejos. La que ya se nos echa encima puede ser una legislatura constructiva o desastrosa; puede durar poco y acabar mal, o no; se traducirá en positivo o en jaula de grillos, pero es innegable que el deseo de cambio, o mejor dicho, la suma de deseos de cambio en la sociedad catalana es inaudita. Insólita. Sin precedentes en un país avanzado.

De cara al 27-S, el lema subyacente de los catalanes es el expresado en el título: cuanto más cambio, mejor. Por eso, a fin de ganar más factor de cambio, el bloque independentista vira, finalmente, a la izquierda. Artur Mas lo hace hasta allá donde puede, que tampoco es mucho y quizá le resulte insuficiente. Y por eso mismo, para tener más puntos de cambio, incluso la izquierda seudorradical españolista se pone la careta soberanista.

Cuanto más cambio, mejor.