Cuando la juventud deja de ser una prioridad

NIL LÓPEZ PALAHÍ

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La ciudadanía de Barcelona habló el día 24 de mayo en las urnas. Más de setenta mil personas dieron su apoyo y confianza a Ada Colau y Barcelona en Comú.

“La gente sencilla, la gente común”, que se cantaba en “El run, run” se apoderaba de la Ciudad Condal. Pudimos ver cómo una eufórica Ada Colau, casi como una estrella de rock en el final de un gran concierto, salía delante de su militancia anunciando un cambio social en Barcelona. El público enloquecía, los focos brillaban. El escenario, lleno de punta a punta por los protagonistas de ese hecho histórico.

La hoy alcaldesa se quería comer el mundo y de momento lo que ha devorado ha sido la voz de los y las jóvenes de la capital catalana. La Regidoria de Joventut, que fue creada hace más de veinte años por un gobierno socialista en la ciudad y que incluso la derecha barcelonesa encabezada por Xavier Trias mantuvo, ha asistido este 14 de julio de 2015 a su misa de réquiem en una ceremonia institucional en el primer pleno del mandato.

Ada Colau nos roba la palabra dentro del gobierno municipal. Nos relega a un segundo plano dejándonos bien claro que la juventud no es una prioridad para este cambio social que nos anunciaba. La degradación que supone suprimir la Regidoria de Joventut y añadirla de manera discreta dentro de la nueva concejalía de “Cicle de Vida, Feminismes i LGTBI” nos demuestra que nosotros no formamos parte “de el Comú” de la Barcelona que quiere transformar la nueva alcaldesa.

Acaba la concejalía que dependía de la Alcaldía y que se interesaba por el futuro de los y las jóvenes. Acaban les políticas transversales en materia de juventud. Acaba el espacio donde un día se ejecutó un plan de choque contra el paro juvenil que reclamamos el conjunto de las entidades juveniles de Barcelona. Se hace patente el menosprecio hacia los que debemos ser el futuro de la ciudad.

Para los y las jóvenes las luces se apagan. El telón baja. Nadie aplaude. Nadie sale a saludar. El silencio reina. La voz de la juventud ya no se hace sentir en el Ayuntamiento de Barcelona.