Pequeño observatorio

Cuando no hay prisa para nada

JOSEP MARIA ESPINÀS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Este mes de agosto, cuando estaba descansando en un hotel en las afueras de Roses, salí a la terraza y vi, al lado de parterres llenos de flores una ambulancia. En la recepción solo me dijeron, de forma muy discreta, «una señora».

Había algunos clientes sentados bajo los porches. Unos tomaban café, otros leían. El mar era de un gris claro, con minúsculas olas, plata de orfebrería. Las copas de los pinos, absolutamente inmóviles. El único ruido, pequeño y constante, de las rápidas canoas. No, a la chica de la mesa de al lado, no le molestaba que yo encendiera la pipa.

La ambulancia continuaba en su puesto, y un sanitario o tal vez era el propio conductor, se había apoyado sobre el capó y contemplaba el mar, «La mar, la mar, siempre recomenzada», traduzco de un poeta francés. Nada amenaza la supervivencia del mar, tal vez porque no tiene corazón, ni pulmones, ni venas, ni huesos.

Pienso que los humanos somos demasiado complicados. Por un exceso de mecanismos en tan poco espacio como el que tiene un cuerpo. Las amarras no matan el mar, sino que juegan con él. Las nubes no matan el cielo, solo lo tapan.

La ambulancia continúa inmóvil, el conductor se aleja un poco para hacer un pequeño paseo. Un balandro avanza lentamente, con la vela redondeada por un viento tranquilo.

La chica de la mesa de al lado me dice: «¿Ya ha visto la ambulancia?». «Sí, alguien del hotel debe de tener un problema», respondo. «Ya hace mucho tiempo que está aquí», afirma. «Sí, mucho rato», corroboro. «¿No lo encuentra extraño?», me pregunta. «Sí, es extraño, no parece que sea una urgencia».

Nada es urgente, tampoco, para los pinos ya crecidos, para la nube parada en un rincón de cielo, para la vela que avanza hacia el puerto, para la chica que lee un libro a la sombra, para el sol que se va hacia poniente, tampoco es urgente apagar la pipa. Me parece una buena señal que tampoco tenga prisa la ambulancia.