tú y yo somos tres

Crítica de tele desde la tele

Ferran Monegal

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Dos criaturas merecen esta semana el premio a la valentía televisiva. Hablemos primero de Beatriz Talegón, líder de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas. Fue invitada al programa No nos moverán, de la cadena pública Castilla-LaMancha TV. Les propinó un glorioso, incisivo y contundente rapapolvo. Gracias a El intermedio (La Sexta) del pasado lunes, hemos podido ver, casi al completo, su intervención como entrevistada de Yolanda Guirado, mano derecha del director de la cadena, Nacho Villa, y obediente correa de transmisión de la autoridad política de esa autonomía que preside María Dolores de Cospedal. El comportamiento de Beatriz Talegón fue ejemplar. Se encaró a su entrevistadora, y a todos los que dirigen la cadena desde la sombra, y les conminó a que abandonasen la manipulación y el sectarismo que continuamente practican, recordándoles que están al servicio de todos, y que su sueldo se paga con dinero público. ¡Ahh! El golpe fue tan justo como insólito. No están acostumbradas las criaturas de las cadenas que un invitado les destape sus vergüenzas delante de sus morros, descubra su perruno servilismo, su constante atropello al derecho que tenemos los ciudadanos a ser informados sin adulterar, ni hacer trampas, con la  materia informativa. Lo que ha hecho Beatriz Talegón es un nítido y raro ejercicio de crítica de tele desde la tele, expresión que a nuestro canario flauta Papitu, y a mí mismo, nos enternece muchísimo. ¡Ah! Quizá a alguno, o alguna, de ustedes, que tengan un poco de memoria, también les haya enternecido.

MIL ROJOS BIEN VIVOS .- También merece premio a la valentía Antonio García Ferreras. No solo por haber cumplido mil ediciones de Al rojo vivo (La Sexta), sino por lo que dijo: «Aquí, aunque a algunos no les guste, vamos a seguir  haciendo periodismo. Y el periodismo no puede tener la sangre del color cobarde. Aquí no la vamos a tener de ese color». ¡Ahh! Con esa advertencia salía Ferreras al paso de lo que tanto se ha rumoreado últimamente: que la presión a esta cadena es enorme porque algunas altas instancias ya no soportan más la mirada lúcida y crítica de SalvadosEl intermedioLa Sexta nocheMás vale tarde o el propio Al rojo vivo. Bien mirado, la presión del político dominante de turno ha existido siempre. El antídoto es que los propietarios de los medios sean fuertes, no frágiles, y repelan la embestida.