Cristóbal Montoro juega sus bazas otra vez

Cristóbal Montoro es el ministro de Hacienda más longevo de la democracia y de toda la historia de España. Pronto cumplirá 11 años -en dos etapas, una de cuatro y otra de siete- al frente del fisco. Supera, pues a Solchaga, que ocupó el mismo sillón 8 años. También a José Patiño Morales quién, en tiempos de Felipe V, dirigió la Hacienda diez años (1726-1736) y a Joaquín Benjumea, responsable de las cuentas del Estado en la dictadura franquista otro decenio (1941-1951).

Montoro, además, es uno de los ministros de Hacienda más poderosos en mucho tiempo. Tiene el respaldo absoluto del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; lo sabe y actúa sin complejos. No obstante el titular de Hacienda no mueve una ficha que no sepa que el inquilino de la Moncloa bendice, mientras defiende -amnistías al margen- haber sido el más eficaz y exigente con los contribuyentes, y aporta como prueba su legión de detractores, muchos cazados en falta con Hacienda. No se lo perdonan.

El ministro de Hacienda ultima ahora las cifras del llamado "techo de gasto" para el 2018, el dato del que se parte para elaborar los Presupuestos Generales. El Gobierno debe aprobarlo antes de final de mes y luego necesitará recabar una mayoría parlamentaria para tramitarlo. El techo de gasto del 2017 salió adelante con los votos del PSOE, Ciudadanos y PNV. Ahora, con Pedro Sánchez al frente de su nuevo PSOE y su "sólo competimos contra el PP", parece difícil que los socialistas aporten sus votos. Tampoco los dieron para los Presupuestos, respaldados por de Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias.

Cristóbal Montoro, cuando pactó los detalles presupuestarios –impulso personal de Rajoy a la negociación incluido- quiso dejar claro que los acuerdos van más allá de 2017, sobre todo porque hace falta más tiempo para aplicarlos. Ahora, Montoro recordará lo hablado para que Albert Rivera (C's), Aitor Esteban (PNV) y los canarios Ana Oramas y Pedro Quevedo avalen el techo de gasto del 2018. El ministro no espera sustos. Además, volverá a subir el límite tras tres años de bajadas, lo que barrunta unos Presupuestos para el 2018 más socialdemócratas que los actuales, no en vano "el PP está a la izquierda de los partidos de derechas europeos", según Benito Arruñana, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra. Ante el PSOE esgrimirá que es necesario que salga adelante para que las Comunidades Autónomas no se queden medio paralizadas. Encaramado a su "oposición de Estado", la tentación de Sánchez de oponerse será irresistible. Por eso, el reto del Gobierno es conservar la mayoría con la que aprobó los Presupuestos,

Montoro, consciente de su poder como jefe del fisco, está tranquilo. Espera la bronca habitual, pero también que el "techo de gasto" salga adelante, mientras acumula récords de permanencia al frente de un ministerio, en el que, ¡ojo!, seguirá mientras Rajoy esté en la Moncloa. Los hermanos Nadal, Álvaro y Alberto, aspiran a su sillón, pero tendrán que esperar. Gustará o no, pero son las bazas, buenas, de Montoro.