contrapunto

Crecimiento con más dificultades que antes

El ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, durante su comparecencia ayer en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados.

El ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, durante su comparecencia ayer en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados.

SALVADOR SABRIÀ

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Cuánta razón tenía el ministro de HaciendaCristóbal Montoro, cuando el pasado jueves en el Congreso de los Diputados advirtió de que el 2017 será un año muy difícil. Al parecer se refería a las dificultades que tendrá el Gobierno del Partido Popular en minoría para conseguir cuadrar las cuentas. Porque, entre otros motivos, como reconoció el ministro sin problemas, a pesar de tanta recuperación y crecimiento económico que nos rodea por todas partes, está previsto que se recaude menos este año que antes de la crisis, hace ya casi un decenio.

Sin duda una de las causas es la caída de la actividad durante este periodo, pero también tiene su parte de responsabilidad, y no pequeña, en este desajuste entre gastos e ingresos la política fiscal de los últimos años del Ejecutivo, con rebajas de impuestos fuera de tiempo. deducciones que ahora rectifica y medidas que en general, y al margen de la propia actividad económica han mermado los ingresos que podría haber logrado el Estado. Por ello tiene gracia que sea uno de los máximos ideólogos de aquellas medidas el que ahora se queje de una de sus consecuencias. Aunque nunca lo admitirá en este sentido. 

Las primeras semanas del año han dado también la razón a Montoro en sus negros augurios. El precio de la electricidad se ha disparado otra vez  y ha alcanzado en niveles de hace cuatro años, justo cuando se hizo la reforma del sistema tarifario eléctrico con el objetivo, precisamente, de bajar la factura de esta energía para los ciudadanos y empresas. También ha subido por encima de la inflación, casi el doble que esta, la  factura del gas. Todo ello coincidiendo en unos días en los que el frío va a ser uno de los más intensos del año, o sea que se va a notar mucho más en los bolsillos que en otras ocasiones. Los carburantes les van a la zaga, con aumentos del coste del litro de gasóleo y de gasolina de más de un 2% solo en una semana. 

Solo ha faltado el dato definitivo del IPC de diciembre IPC , que también se ha apuntado a los incrementos rápidos, con un aumento del 1,6% de los precios en un año. Y los expertos que se dedican con más acierto a este tema han vaticinado que puede llegar al 3% en solo cinco meses. No es tan descabellado. Solo hay que recordar que en abril todavía vivíamos una situación en la que se hablaba aún de riesgo de deflación.

Con este panorama, en la negociación entre sindicatos y patronales para un nuevo pacto salarial ganan argumentos los que exigen una subida de sueldos que haga posible un mejor reparto de la recuperación, evite una nueva pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de trabajadores y pensionistas, y asiente la consolidación del consumo.