Crear empleo no está reñido con subir salarios

Los elementos que justificaron las bajadas de sueldos ya no se dan actualmente

guindosbaez

guindosbaez / periodico

Olga Grau

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las preguntas pueden ser capciosas. ¿Qué prefiere usted que se cree más empleo para que salga más gente de la miseria o que suban los salarios de los que ya trabajan? A pesar de que a todo el mundo le gustaría ganar más, la mayoría de la gente de buena fe se decantaría de forma solidaria por la primera respuesta, sobre todo si se formula en un país como España donde la tasa de paro alcanzó el 26% de la población activa en el 2012 lo que comportó que muchas familias acabaran viviendo de las pensiones de los abuelos. 

Pero, como ocurre en tantas cosas de la vida, el mercado laboral no ofrece respuestas en términos de blancos o negros. Están los grises. La realidad es que en España se salió de la crisis con una devaluación salarial drástica que permitió mejorar la competividad de las empresas. Si en su momento estuvo justificada para salvar las compañías de la quiebra ante unas fuertes caídas de los beneficios, esas circunstancias excepcionales ya no se producen ahora, al menos con la misma intensidad o en todas las empresas. 

Las estadísticas laborales reflejan que la remuneración media por asalariado ha vuelto a caer el 0,1% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo del año anterior. Vuelve así a anotar tasas negativas tras cuatro trimestres de avances discretos. Los beneficios empresariales en el mismo periodo aumentaron el 3,6%. Se mire por donde se mire, España aún no habría recuperado los niveles salariales de 2007. 

Paralelamente, la economía española va como un tiro. El Gobierno ha revisado al alza el crecimiento  previsto para este año. Por eso sorprende que los responsables del área económica del Gobierno Luis de Guindos y Fátima Báñez mantengan el discurso de priorizar la creación de empleo por delante de la recuperación salarial como si fueran incompatibles ambas cosas. 

Una de las claves de la paz social en Alemania son los acuerdos que se producen entre empresas y trabajadores. La confianza mutua permite que cuando hay pérdidas, se pacte muy rápidamente sacrificios salariales temporales para evitar que el negocio cierre. Pero cuando la compañía regresa a las ganancias, se compensa el esfuerzo con pagas de beneficios y la recuperación automática del salario perdido. Los trabajadores ceden rápido porque sienten que van en el mismo barco. La fractura que se ha generado durante la crisis en España entre trabajadores y empresas puede acabar siendo el mayor factor de pérdida de competividad de la economía a largo plazo. La resiliencia alemana a la crisis se explica en parte por ese intercambio de lealtades y por esa capacidad de entender que la economía está llena de grises.