Al contrataque

Corruptos, sociedad ilimitada

JORDI ÉVOLE

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Francisco Granados, que llegó a ser la mano derecha de Esperanza Aguirre, afirmó el año pasado sobre los corruptos: «Que todos estos sinvergüenzas desaparezcan cuanto antes». Me gusta este hombre. Se nota que tiene ganas de acabar con la corrupción. Por eso estoy totalmente convencido de que estará de lo más contento, ya que la semana pasada fue detenido por corrupción. Lo suyo no es hipocresía, sino rigor. ¿Quién mejor que un corrupto para afirmar que los corruptos son unos sinvergüenzas? Eso es hablar con conocimiento de causa. Y Granados sabe que una de las causas del empobrecimiento de un país es la corrupción. Por eso estoy totalmente convencido de que, al día siguiente de ser detenido, Paco volvió a insultar a los corruptos cuando leyó que uno de cada cuatro españoles está en situación de exclusión social, según un informe de Cáritas. Imagino que Granados gritó desde el calabozo: «¡Sinvergüenzas. Todos los corruptos sois unos sinvergüenzas. Espero que desaparezcáis cuanto antes!». No es para menos, y más teniendo en cuenta lo que dijo en la presentación de ese estudio el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora: «La corrupción está robando la esperanza a la gente».

Los ricos mejoran su estatus

Además, Mora indicó algo que habrá indignado a Francisco Granados. Señaló que la crisis está afectando mucho más a los pobres, mientras que muchos ricos están incluso mejorando su calidad de vida. «En vez de reformar el capitalismo, como se prometió al comienzo de la crisis, se está intentando revitalizar el capitalismo. Se quiere salir de la crisis por el mismo camino que la provocó. No hemos aprendido nada», añadió Mora. Sí, esto está muy bien, pero para qué vamos a aprender nada nuevo si ya nos conocemos el camino: a Suiza. Allí tenía Granados una cuenta oculta con millón y medio de euros. Al parecer, el juez del caso sospecha que esta pasta procede de comisiones ilegales entregadas por constructores durante la época en que Francisco fue alcalde de la localidad madrileña de Valdemoro. Madre mía, lo que ha tenido que hacer Paco para poder criticar a los corruptos con mucho rigor, sabiendo de lo que habla. Nunca se lo agradeceremos suficiente.

Este caballero está implicado en una trama de corrupción que abarca varios ayuntamientos y autonomías. Va de empresarios que pagaban a políticos y funcionarios para obtener adjudicaciones de obras. «¡Sinvergüenzas, que sois unos sinvergüenzas. Espero que desaparezcáis cuanto antes!», estará repitiendo sin parar Francisco Granados, consciente de que muchas empresas honradas no tienen dinero ni para seguir abiertas. Sin ir más lejos, ahí va un dato del Ministerio de Empleo publicado el año pasado: 180 empresas cierran cada día desde que empezó la crisis. En cambio, sigue abierta la empresa Corruptos, sociedad ilimitada. Y por muchos años, ¿verdad, Paco?