Corromper la Fiscalía Anticorrupción

Purgas, presiones, filtraciones interesadas... Algo huele a podrido en los aledaños de la Fiscalía Anticorrupción desde la llegada de Manuel Moix

El fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, durante la entrevista en Onda Cero.

El fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, durante la entrevista en Onda Cero. / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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Durante unos años, la actuación de la Fiscalía Anticorrupción ha merecido buena nota, con los matices que cada cual quiera poner, como el del 'caso Nóos'. Frente a quienes cuestionan sistemáticamente la división de poderes, que Anticorrupción acusase al PP por su 'caja b' y persiguiese a Luis Bárcenas y a Rodrigo Rato transmitía la señal que sus pesquisas no estaban subordinadas al interés político del partido en el Gobierno.

Pero la jubilación del titular de esta fiscalía, Antonio Salinas, abrió la caja de Pandora. Primero fue la destitución de la fiscala general del Estado, Consuelo Madrigal, por negarse a situar al frente de Anticorrupción a Manuel Moix. El sustituto de Madrigal, José Manuel Maza, si obró de acuerdo a la obediencia debida, en el marco de una purga en el ministerio público de resabios predemocráticos.

Luego llegó la orden de Maza a dos fiscalas para que rechazasen imputar por corrupción al presidente murciano, Pedro Antonio Sánchez (PP), y la destitución del fiscal regional, que denunció "presiones" . Todo ello, con el respaldo explícito del ministro de Justicia, Rafael Català.

Más recientemente, la remoción frustrada de los fiscales del 'caso 3%' (CDC) y las intrigas en torno al 'caso Lezo' (PP) han puesto de manifiesto que algo huele a podrido en los aledaños de la nueva Fiscalía Anticorrupción.

EL CHIVATAZO

El último episodio ha sido la filtración de un escrito de la fiscalía que apuntaba al número dos de Interior, José Antonio Nieto, como responsable del chivatazo que puso en alerta al popular Ignacio González'amigo' de Moix, de que se le investigaba por el 'caso Canal de Isabel II'. Difusión autorizada, según diversas fuentes, por el propio Moix, quien después proclamó la inocencia de Nieto. Lo que alimenta la sospecha de que alguien intentó comprometer la investigación abierta al alto cargo de Interior.

Con la mochila de su partido ahíta de escándalos, Mariano Rajoy prometió en campaña una lucha sin tregua contra la corrupción. No parece que corromper el imprescindible prestigio de la Fiscalía Anticorrupción sea el mejor modo de perseguir ese loable empeño.